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San Lázaro, en Oviedo, se queda sin biblioteca tras ser comprada por un fondo de inversión

El Ayuntamiento, al que el dueño del local no renueva el alquiler, habilitará un nuevo espacio junto al colegio de Villafría

El interior de la biblioteca municipal de San Lázaro. | Julián Rus

La biblioteca de San Lázaro tiene los días contados. Un fondo de inversión ha comprado el bajo que el Ayuntamiento tiene alquilado desde hace años en la plaza Manolo Díaz y se niega a renovar el arrendamiento, un contrato que finalizará en abril. Así las cosas, el gobierno local ya ha buscado otro espacio, esta vez de propiedad municipal, para reubicar el servicio. Se trata de un local de 1.200 metros cuadrados cercano al colegio de Villafría, a no más de 150 metros de la biblioteca actual, y que será necesario acondicionar. La Concejalía de Educación, Cultura y Centros Sociales (Ciudadanos) ha encargado un proyecto de obra para agilizar el traslado, pero, según fuentes de la concejalía, el barrio se quedará “inevitablemente” un tiempo sin biblioteca siendo las más cercanas las de La Granja (Campo San Francisco) o Ventanielles. Además, según esas mismas fuentes, “a pesar del empeño de la concejalía por renovar el contrato de alquiler, no hubo manera”.

Mientras duren las obras, los libros y el material se llevarán a un almacén municipal para su correcta conservación, mientras que los trabajadores (bibliotecario y auxiliares) serán reubicados temporalmente en otros servicios en función a su rango como funcionarios municipales. El proyecto de obra de la nueva biblioteca de San Lázaro incluye un salón de actos para ampliar la oferta del local y aprovechar el espacio.

La de San Lázaro es una de las cinco bibliotecas municipales, de un total de once, que el Ayuntamiento mantiene abiertas durante la pandemia. Las otras cuatro son La Granja, Ventanielles, El Cortijo (La Corredoria) y Villa Magdalena.

Los ovetenses buscan consuelo en los libros para aguantar el confinamiento voluntario y la prolongación del cierre perimetral del municipio. Las cinco bibliotecas municipales que están abiertas mantienen un sistema de préstamos y devolución adaptado a las circunstancias de pandemia y aprobado por Sanidad, en el que los usuarios no pueden quedarse en la sala a leer o estudiar, ni tampoco pueden consultar o sacar ejemplares de las estanterías.

Si antes había una sola persona para atender a los lectores y sus consultas, ahora hay, al menos, dos bibliotecarios. Uno se encarga de coger los libros que desea el usuario e incluso aconsejarle qué leer en caso de que llegue algo despistado, y otro de la devolución de los ejemplares. Es decir, cuando un ovetense reintegra un libro, el bibliotecario recoge el ejemplar y lo mete en una caja de cartón durante catorce días. Es la cuarentena anti covid de las bibliotecas.

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