La brigada ovetense contra las plagas contará a partir de esta primavera con más efectivos y servicios con los que poner a raya a roedores y estorninos. El alcalde de Oviedo, el popular Alfredo Canteli, se puso como objetivo durante la campaña electoral de 2019 que “los jabalíes y las ratas desaparezcan de los espacios públicos de la ciudad”, y es ahora, en pleno proceso de renovación del contrato de control de plagas, cuando el Consistorio llevará a la práctica esta promesa dedicando un 73% más de presupuesto para estos fines.

El contrato, de dos años de duración, dispone de un presupuesto máximo de 140.000 euros anuales, unos 60.000 más que los contemplados en la concesión que está a punto de expirar. Las empresas interesadas tienen hasta el 3 de febrero para presentar sus ofertas y cumplir unas condiciones entre las que aparece como novedad la obligación de disponer de un equipo de halcones para sobrevolar la ciudad y ahuyentar a las decenas de miles de estorninos que sobrevuelan el casco urbano entre los meses de noviembre y marzo.

Los pliegos buscan reforzar unos servicios que, en ocasiones, se han visto desbordados por la proliferación de focos infecciosos en determinados espacios de titularidad municipal. “Durante el gobierno del tripartito se vieron muchos casos de aparición de ratas, y con este contrato vamos a contar con más personal para atajar estos problemas”, indica Gerardo Antuña para justificar el esfuerzo económico realizado por el Ayuntamiento en un año 2021 todavía marcado por la crisis sanitaria.

Agilizar soluciones

Hasta ahora el contrato solo preveía labores de desratización y desinsectación. Las quejas sobre las molestias ocasionadas por el crecimiento de la población de estorninos en el último lustro llevaron al Consistorio a tener que contratar servicios puntuales de aves rapaces y sistemas de ultrasonidos para alejar a estos animales del casco urbano. Lo que se pretende hacer en este momento es incorporar al contrato ese servicio de manera regular con la previsión de medidas ágiles en caso de grandes aglomeraciones de la especie.

No será la única actuación a desarrollar por los nuevos adjudicatarios en cuanto aves. La elaboración de un censo de gaviotas y palomas es otro de los planes incluidos en los pliegos de contratación. Dicho registro sería la antesala para poner en marcha una serie de medidas orientadas a controlar la población de unas especies a las que el texto se refiere como “vectores de transmisión de enfermedades” para justificar la intensificación de su vigilancia.

Fuera de este contrato se quedaría el control de otras especies como los jabalíes o la avispa velutina. En este caso, el control se realiza generalmente a través de la concejalía de Seguridad Ciudadana. En el caso de los suidos, la Policía Local se encarga de controlar y avisar a la guardería del Principado cuando se detectan casos de apariciones de ejemplares en el casco urbano. La buena coordinación entre las fuerzas locales de seguridad y la Administración regional permitió reducir considerablemente las visitas de los jabalíes a distintos barrios de la ciudad desde 2019.

Nuevos medios

Respecto a la avispa velutina, el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) dispone de un equipo especializado de voluntarios dedicados a retirar los nidos de la especie invasora cuando se acumulan varios avisos de los vecinos. El cuerpo de bomberos alertó este mismo año de un aumento exponencial de la presencia de este tipo de insectos y los responsables municipales prevén la incorporación de nuevos sistemas como ballestas con veneno para erradicar las colmenas que se forman en lugares altos o de imposible acceso para los vehículos de bomberos.