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Aerozumba desde un salón del centro social ovetense del Cortijo

Crecen los adeptos a las clases virtuales de los centros sociales: más de 3.000 usuarios en tres meses

Crecen los adeptos a las clases virtuales de los centros sociales: Más de 3.000 usuarios en tres meses

Crecen los adeptos a las clases virtuales de los centros sociales: Más de 3.000 usuarios en tres meses Elena Vélez

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Crecen los adeptos a las clases virtuales de los centros sociales: Más de 3.000 usuarios en tres meses Elena Vélez

Alejandra García llega a las diez de la mañana al centro social El Cortijo, en La Corredoria, para dar una clase de aerozumba, una actividad que combina baile latino con aeróbic y que sirve para mejorar la flexibilidad, la coordinación, la orientación y el ritmo. Allí no hay nadie. La monitora está en un enorme salón vacío, aquel en el que antes de la pandemia centenares de personas desfilaban disfrazadas con sus mejores creaciones carnavalescas en busca del premio a la mejor vestimenta. La chica enciende un portátil, conecta un par de altavoces y un micro y se sube a la tarima para comprobar que la cámara del ordenador la capta de cuerpo entero. A los pocos minutos emergen un par de “ventanas” en la pantalla. Luego, otras tres. Son los alumnos de su clase virtual de aerozumba.

–¿Me oís y me veis bien?

–Sí, Alejandra. Perfecto –dicen casi todos al unísono.

–Venga, pues vamos con algo movidito. Os pongo “El baile del reloj” de música para pasárnoslo bien.

El gobierno local inauguró en octubre el llamado “centro social virtual” para suplir el hueco de las clases y talleres presenciales anulados por la pandemia. En el menú hay más de 140 actividades y un creciente número de usuarios que casi superan las 3.000 personas. “El centro virtual es pionero en España y ofrece actividades socioeducativas, lúdicas, deportivas, artesanales... Es curioso cómo los usuarios se han readaptado haciendo que la brecha digital (la desigualdad en el acceso, uso o impacto de las tecnologías de la información y la comunicación entre grupos sociales) se haya superado y que, a la vez, se haya reducido la media de edad de los participantes en diez años, algo que era nuestro objetivo desde el principio de mandato”, explica la concejala delegada de Centros Sociales, Lourdes García (Ciudadanos). Así, si la edad media de los inscritos en las actividades de los centros sociales era de 65 años, ahora es de 55 o menos.

El acceso a las clases virtuales es sencillo y se hace a través de Zoom (un programa de videollamadas y reuniones virtuales). La monitora de aerozumba explica el funcionamiento: “Solo hay que descargarse la aplicación Zoom y, a partir de ahí, inscribirse en una plataforma que ofrece el Ayuntamiento. Después el usuario es agregado automáticamente en un grupo de Whatsapp en el que le dan el ID y la contraseña del Zoom. Cuando llega el día y la hora de la clase, únicamente hay que conectarse”.

Los interesados pueden consultar el programa e inscribirse en la página centrosocialvirtualoviedo.es y, una vez inscritos, visionar talleres y clases completos en subpáginas como “Formación cuadriella”.

“Al ser en directo, recibo comentarios y sugerencias al momento y también le pregunto a la gente qué tal le va e incluso corrijo posturas si tienen la cámara encendida, que no todo el mundo lo hace porque no le apetece que le vean”, comenta Alejandra, que también tuvo que adaptarse a la nueva realidad: “Al principio era muy raro. Empezamos las clases virtuales en el confinamiento desde casa y yo lo llevaba bastante mal porque soy muy cercana, pero todo es acostumbrase. Ahora siento que están aquí conmigo”.

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