Los hosteleros tienen miedo de que el mapa de ruidos, la zonificación acústica, un documento que se encuentra ahora mismo en periodo de información pública, pueda suponer un problema para el sector de cara al futuro. En ese mapa, que es un documento pegado al Plan General en el que se aplica la normativa de ruidos y se califican en función del tipo de suelo supuestas zonas conflictivas, los hosteleros ven con preocupación un problema posterior cuando se desarrollen determinadas ordenanzas, como la de ruido, y que se traduzca en restricciones y más problemas para unos negocios ya muy castigados por el covid.

Los concejales de Promoción Económica y Hostelería, Javier Cuesta y Alfredo García Quintana, respectivamente, fueron los que recibieron estas inquietudes, ayer, en una reunión telemática con representantes de la Asociación de la Ruta de los Vinos, Otea, Asociación de Gascona, Asociación del Oviedo Antiguo y Abaco.

Pese a que en la reunión se relaciona la futura ordenanza sobre ruidos con la zonificación acústica, el director general de Urbanismo, Jorge Fernández Mier, que no estuvo presente en la reunión pero de cuya área dependen estos documentos, explicó a este periódico que no existe una relación entre el mapa y la ordenanza. El mapa, contó Mier, es una mera traslación objetiva de lo que establece el Plan General teniendo en cuenta las molestias acústicas que pueden ocasionar los distintos usos. Y la ordenanza de ruidos no se relaciona, añadió, con este mapa de ruidos en el que no se pretende ordenar nada sino levantar acta de la situación del suelo.

Por otra parte, expuso Mier, la ordenanza de ruidos se está empezando a trabajar con ella en el área y se pretende, precisamente, dar más margen a los bares para tener determinados elementos acústicos como hilo musical o buscar la forma de poder encajar música en directo.

Pese a estos matices expuestos a posteriori por Mier y de los que los hosteleros no tuvieron, en principio, noticia, los representantes de las asociaciones sí mostraron a los concejales de Economía y de Turismo su malestar por no haber sido informados de los cambios que introduciría el mapa de ruidos y ante los que asociaciones como Otea ya anunciaron que presentarán alegaciones.

La otra petición de los hosteleros es que el Ayuntamiento, lejos de marcar zonas rojas de conflicto o de restricciones, trace en la ciudad zonas hosteleras específicas que por su interés turístico, empresarial y para la generación de actividad deban contar con un apartado singular en la ordenanza de ruido.

Sensibilidad especial

Durante la reunión con los hosteleros, tanto Alfredo Quintana como Javier Cuesta volvieron a dejar claro su compromiso y el del gobierno dirigido por Alfredo Canteli de llevar a cabo aquellas acciones que contribuyan a mantener el empleo y a impedir los cierres de los negocios. Ambos pusieron de ejemplo las líneas de ayudas directas implementadas, y que tendrán continuidad en el futuro, así como otras con las que el Consistorio ha demostrado, recalcaron, “tener una sensibilidad especial con el sector en estos difíciles momentos”.

Por último, ambos concejales han trasladado su compromiso de “seguir avanzando de la mano de los principales motores económicos de la ciudad, entre ellos la hostelería, para tratar de que Oviedo sufra el menor impacto negativo posible durante esta situación”.