Oviedo es la única gran ciudad de Asturias que crece, gracias a la inmigración extranjera

Según los datos del INE, agrupados por Foro Ciudad, los habitantes nacidos en Oviedo disminuyeron durante 2019 en 389 personas, mientras que los naturales de otros municipios asturianos se redujeron en 663 y los de otras regiones españolas en 222. Pero los habitantes nacidos en otros países se incrementaron en 1.498 personas, una cifra que logra corregir los otros descensos y sitúa de nuevo al municipio a las puertas de los 220.000 habitantes. Una dinámica que, de hecho, parece haberse mantenido incluso en el año de la pandemia, ya que según los últimos datos oficiales del padrón municipal, de 31 de octubre de 2020, Oviedo tendría 219.983 habitantes a esa fecha.

Fermín Rodríguez, catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Oviedo, interpreta este crecimiento en una doble clave: la de una dinámica regional de compensación del crecimiento demográfico negativo a través de la inmigración, y la de las cualidades especificas de Oviedo para atraer población. “Asturias tiene la tendencia a compensar su crecimiento vegetativo negativo con la inmigración, lo que nos da una cierta estabilidad. Tenemos un volumen anual de fallecimientos de unas 12.000 personas, y los nacimientos oscilan entre los 4.000 y los 6.000, en función del año. Esa conjunción de una tasa elevada de fallecimientos, a causa del envejecimiento de la población, y esa baja tasa de fecundación, que provoca que haya pocos nacimientos, debería hacer que bajase muchísimo la población, pero gracias a la llegada de migrantes llevamos varios años con una estabilidad”, explica Fermín Rodríguez.

Fermín Rodríguez: "Tenemos un volumen anual de fallecimientos de unas 12.000 personas, y los nacimientos oscilan entre los 4.000 y los 6.000; esa conjunción debería hacer que bajase la población, pero gracias a la llegada de migrantes hay estabilidad”

En el caso de la capital, el porcentaje de habitantes nacidos en otros países ha crecido de manera espectacular en el último cuarto de siglo, pasado de apenas un 2,25% del total de la población al actual 11,76%. En cifras: si actualmente en Oviedo hay 25.865 personas empadronadas que nacieron fuera de España, en 1996 eran apenas 4.504.

Al analizar las causas por las que Oviedo aprovecha mejor que las otras dos grandes urbes este potencial humano llegado de otros países para rectificar su pérdida de población, Fermín Rodríguez apunta a varias causas, la primera la propia naturaleza de la ciudad. “Oviedo es una ciudad de servicios y de estructuras que facilitan la gestión, mientras que Gijón y, especialmente, Avilés son industriales, aunque en el caso de Gijón habría que matizar el término. Pero en un caso y el otro, hay un volumen importante de obreros especializados entre los inmigrantes, mientras que en Oviedo, al estar enfocada en los servicios, hay más diversidad”, explica Rodríguez.

Periferia y ecosistema

Otro factor es la comunicación de Oviedo con una periferia muy dinámica, con municipios como Siero o Llanera con un gran poderío industrial y empresarial. “Estas buenas comunicaciones facilitan la movilidad, por ejemplo que se pueda vivir en Oviedo, donde quizá hay más posibilidades, y trabajar en esa área metropolitana”, señala Rodríguez.

A la hora de elegir el lugar de residencia, el geógrafo incide en que los inmigrantes tienden a buscar “entornos seguros y cómodos”, que en su caso pasa por residir en zonas donde se localicen otros ciudadanos de su misma procedencia. En este sentido, los datos del INE remarcan el potencial del eje Vallobín-Pumarín-La Corredoria como receptor de inmigrantes.

“Cuando estas personas llegan, buscan un ecosistema apropiado, un entorno en el que haya gente de su misma procedencia, con su cultura y su idioma, entre los que se sientan cómodos y seguros”, reflexiona Rodríguez. Al tiempo, cuanto mayor es la colonia de habitantes procedentes de un determinado país, eso redunda en un cierto “efecto llamada” que atrae a otros inmigrantes de esa nacionalidad.

En el caso de Oviedo, la comunidad ecuatoriana es la más representada en el municipio, con casi 3.000 personas, seguida de la colombiana, la rumana y la venezolana. Por continentes, América es, de largo, el que más población foránea aporta al padrón ovetense: según los datos del INE, de las 25.865 personas empadronadas en Oviedo que han nacido en otros países, 16.261 procedente de América. Y entre ellas, las mujeres son mayoría en una proporción de tres a dos. Del resto de Europa proceden 6.084 inmigrantes y de África 2.548, principalmente de Marruecos y Senegal, mientras que los asiáticos suman 887 habitantes, más de la mitad llegados de China. Desde Oceanía apenas llegaron 52 personas.

Esta llegada de inmigrantes, precisa Fermín Rodríguez, no solo supone una riqueza demográfica para la ciudad, sino que también aporta un potencial relevante por su juventud y por su especialización laboral. “Es una suerte poder tener una población inmigrante con formación y con una buena capacidad de adaptación. Porque tenemos que pensar que entre esta población inmigrante, que es muy diversa, llega también personal técnico de grandes empresas y otras personas con formación que se introducen en las redes locales”, sostiene el catedrático de Análisis Geográfico Regional, que en todo caso precisa que “hay muchos tipos de inmigración”.

Media de edad

El impulso de la población extranjera también se deja notar en la media de edad de los ovetenses. Según los datos del INE, sumando todos los habitantes de Oviedo esa media de edad se sitúa en 46,35 años. Es casi año y medio más que hace un lustro, cuando la media de edad era de 44,87 años. Pero este mayor envejecimiento, que en cualquier caso responde a la propia dinámica regional, es de igual modo menos acusado que en las otras dos grandes ciudades de la región. En Gijón, la edad media está año y medio por encima de la ovetense, situándose en 47,87 años, cuando en 2015 era de 46,59. Por su parte, en Avilés se eleva hasta los 47,91, por los 46,27 de cinco años antes.

De igual manera, en Oviedo hay porcentualmente más población femenina que en las otras grandes ciudades de la región, aunque en todas hay más mujeres que hombres. En concreto, el INE contabiliza 118.161 mujeres, lo que supone un 53,7% de la población total. Ese porcentaje se reduce al 52,9% en Gijón (con 143.756 mujeres) y cae hasta el 52,6% en Avilés (40.991), un punto porcentual menos que en Oviedo.