Visibilizar, impulsar y reforzar el modelo de voluntariado del albergue de animales. Esa es la línea de ruta marcada por los compromisos que ha adquirido el teniente de Alcalde, Mario Arias (PP), con los voluntarios de la perrera municipal. Pero, para tener vía libre, hay que limar asperezas entre la empresa concesionaria y los voluntarios que llevaban desempeñando su labor durante los últimos años en el albergue. Las cosas, con el cambio de dueños, ya no se hacen igual y cada uno tiene su manera de ver el trabajo. Los responsables del Centro Canino La Ería, quieren “profesionalizar” el trabajo, ajustarse a los pliegos exigidos por el Ayuntamiento y a “la ley vigente”, como no dejó de repetir su gerente, Juan González. Los voluntarios, por el contrario, tienen una visión más ambiciosa y amable de lo que debe ser un albergue de animales, de la necesidad de “socializar” a los animales y de la forma de gestionar las adopciones.

Por lo pronto, durante la visita del concejal, el gerente de la perrera permitió por primera vez a los voluntarios entrar a los recintos para atender a los perros. Hasta ahora, los voluntarios esperaban a la puerta de los vallados en los que residen los animales para sacarlos a pasear. Así, Arias quiso destacar que hay “predisposición por parte de la empresa en colaborar”. El primer compromiso adquirido por el edil fue que se diera visibilidad al proyecto de voluntariado, para lo que el Ayuntamiento promete una campaña de publicidad y la reactivación de las charlas sobre tenencia responsable en los colegios, una demanda de los voluntarios del albergue.

Durante la reunión en la perrera, el teniente de Alcalde también emplazó a los voluntarios a designar un portavoz que haga de línea de comunicación directa entre ellos y el Consistorio para seguir trabajando “codo con codo”. Entre los planes municipales está la captación de más voluntarios que colaboren en el bienestar animal y la mejora de su “protocolo de actuación”.