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Pepperoni, queso, tomate y consulta emocional, las pizzas de Oviedo incluyen terapia gratuita

Alejandra Menéndez, que tiene una tienda de ropa en Pumarín, ofrece ayuda emocional gratuita publicitándose en cajas de pizza

Pepperoni, queso, tomate y consulta emocional, las pizzas de Oviedo incluyen terapia gratuita por pandemia

Pepperoni, queso, tomate y consulta emocional, las pizzas de Oviedo incluyen terapia gratuita por pandemia

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Pepperoni, queso, tomate y consulta emocional, las pizzas de Oviedo incluyen terapia gratuita por pandemia Elena Vélez

Mozzarella, pepperoni, queso, tomate y ayuda emocional. Esos son los ingredientes de algunas de las pizzas que se venden en Oviedo desde mediados del año pasado. Al menos, las que van dentro de las cajas que distribuye una empresa de publicidad. La tapa está llena de anuncios de todo tipo, desde mascarillas FFP2 hasta sidrerías y productos de herboristería, pero uno de esos reclamos se sale de lo normal: “Ayuda emocional GRATIS”. Un número de teléfono móvil invita a llamar al que está a punto de comerse la cuatro estaciones, napolitana o carbonara. La artífice del anuncio es Alejandra Menéndez, una ovetense de 44 años que regenta una tienda de ropa y complementos en Pumarín. No es psicóloga, pero se ha formado en “bioneuroemoción”, un método que busca el bienestar emocional cambiando la gestión de los aspectos más importantes de la vida de una persona enseñándole a relacionar cuerpo, mente y emociones.

“Un chico me propuso en verano anunciar mi tienda en cajas de pizza y me lo pensé mucho porque he tenido el negocio más cerrado que abierto y la economía no está para tirar cohetes, pero luego pensé en la posibilidad de ayudar a la gente de manera altruista e inserté ese anuncio”, explica Alejandra, a la que familia y amigos conocen como Sandra. Al parecer, el sacerdote que la bautizó se negó a aceptar el nombre de Sandra optando por Alejandra y así se estipuló también en el Registro Civil. La explicación a aquella negativa quizá sea que Sandra es en realidad la forma diminutiva (el hipocorístico) de Alejandra, que a su vez proviene del griego “Alejandrç”.

Sus consejos y terapias no son nuevos. Ya los daba antes de anunciarse en las cajas de pizza. Principalmente a familia y clientes. “Veo clientas que están perdiendo cabello por estrés, por ayudar a sus allegados y tener demasiadas responsabilidades e incertidumbres. Mi tarea se basa en escuchar y reconducir. Esta época es agotadora y resulta difícil entender y asumir lo que ocurre, por ejemplo, el cierre perimetral. Es necesario relajarse y respirar”, comenta justo antes de atender en su tienda a una cliente habitual.

María Huerta recurre a ella desde hace meses, casi cuando comenzó la pandemia, y asegura sentirse mucho mejor: “Últimamente me han aflorado un montón de emociones que hasta ahora ni sabía que tenía y las ignoraba. Sandra me ayuda mucho porque me aconseja de manera práctica y espiritual. Ahora busco un momento del día para pensar en mí, me cueste lo que me cueste”.

La tienda de ropa y complementos es el principal medio de vida de Sandra, de su madre y de su hija de 20 años. “Yo también me analizo a mí misma. Estoy separada, y, como todo el mundo, tengo mis altibajos”, comenta. Los anuncios en las cajas de pizza como terapeuta emocional sin ánimo de lucro no acaban de surtir el efecto deseado, pero la comerciante tiene el teléfono abierto casi las 24 horas del día por si acaso. Aun así, sus clientes más fieles le piden consejo día sí y día también. “Les estoy muy agradecida a los clientes porque también me compran bastante esta temporada, yo creo que para ayudarme. Ellas cogen medias, pantis, algún bolso... y los hombres hacen regalos a sus seres queridos. Los que me piden consejo suelen tener miedo. Miedo a perder el trabajo, a no tener con qué subsistir económicamente... La gente no se da cuenta de lo bueno que tiene y tiende a ver la botella medio vacía. Debemos sacar las emociones negativas, comprenderlas reconocerlas, soltarlas y seguir viviendo”.

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