"Se agradece tomar el cafetín a techo". Es la frase del ovetense Alberto Fernández, que pronuncia a primera hora, sentado en el interior de un céntrico restaurante de la capital. Resume las ganas que tenía Oviedo de que el férreo control de la pandemia que intentan tener las autoridades sanitarias asturianas les diera algo de margen para poder abrir el interior de los locales hosteleros. Algo que Oviedo puede hacer desde hoy al haber reducido el Principado su nivel de riesgo "4 Plus" lo que posibilita el levantamiento del cierre perimetral del concejo y la recuperación de la actividad en el interior de los locales hosteleros, entre otras "normalidades". Un alivio que ya ha permitido que en muchos locales vuelvan las charlas entre los hosteleros y clientes, esas que en terraza es más difícil tener.
Jesús Araújo fue otro de los que pudo volver a cumplir hoy con otra de sus rutinas: leer LA NUEVA ESPAÑA en una cafetería del centro. "Echaba mucho de menos esto", confesaba. Y recordaba los días malos que hubo que aguantar sin pasar por los bares: "Hoy hace bueno, pero cuando llovía era imposible salir a comer el pincho".
En otro bar ovetense Luis Serrano hacía lo propio: lectura de periódico y café. "Compro el periódico todos los días, pero a la hora del café me encanta echarle el guante", explicaba.
Con las ganas que había, la tarde-noche de ayer ya fue de trasiego en muchos locales. En un ejercicio de equilibrismo, Berto Rodríguez preparaba la reapertura de su restaurante. Con los dos pies sobre el peldaño más alto de una escalera metálica, el hostelero se afanaba por cambiar bombillas. A su alrededor, una vorágine de trabajadores limpiaba, ordenaba y quitaba el polvo para la reapertura de un local que, explica, lleva cerrado tanto tiempo como las fronteras de la capital: “Demasiado”. Balleta en mano, el joven Mateo Fernández lanzaba desde la barra una súplica con tono de celebración, “¡Barbón abre ya! Que quiero ir a la playa”. Es un equilibrio difícil, mientras las manos trabajaban para que los clientes volvieran a entrar, la cabeza solo pensaba en salir. Ya se puede hacer ambas cosas, de momento, las fronteras y las puertas de los bares vuelven a estar abiertas.

A mitad de semana y con sol radiante, Oviedo empieza a disfrutar de la noticia de que el Principado rebajó las restricciones. Adiós a la fase “4 plus” y sus criterios “incomprensibles”. Catalina González es de las que dice seguir sin entender los conceptos de incidencia acumulada y tendencia negativa y si, de pronto, pueden volverse “cualquier día en nuestra contra”. “Yo, ahora, lo que quiero saber es si mi novio puede volver al gimnasio y si puedo ir a ver el mar”, exigía, equilibrando la copa de vino entre dos dedos, en una terraza del casco viejo. La respuesta es que sí.
Con el fin de las restricciones más duras también se acaban en Oviedo los salvoconductos que permiten a los trabajadores moverse libremente entre concejos. Ayer, en una estación de autobuses prácticamente desierta, un joven buscaba el suyo en su teléfono móvil mientras esperaba la llegada del transporte que le llevaría de vuelta a Nava. “Vengo a Oviedo todos los días y la verdad es que solo me lo han pedido una vez y, al final, ni llegué a enseñarlo”, relata Álex García. Se lo exigió la Policía Nacional y si viene a Oviedo es, justo, para acudir a la academia para convertirse en agente. La mascarilla del cuerpo fue acreditación suficiente.
Al levantarse la veda lo primero que harán muchos será irse a la segunda residencia. Más aún “después del temporal”, comenta preocupada Ana García, que cuenta los días para visitar su casa de Ribadesella. Aunque interpone la cautela de que las cosas hay que hacerlas con “cuidado, que igual que nos sacan de esta nos vuelven a meter después de Semana Santa”. Hay que guardar cierto equilibrio. Los hosteleros no temen que la capital se vacíe el fin de semana. “Sí, se irán los de aquí, pero compensarán los de fuera”, explica Berto Fernández con el codo apoyado en la barra. Es la tercera vez que su local puede reabrir desde que estalló la pandemia y, como tantos otros, espera que, esta vez, sea la vencida.