“Hay que conseguir que el parque, que es un lugar magnífico, sea más accesible, que no sea solo un lugar de paso”, argumenta el ovetense Javier López. En esa misma línea trabaja el Ayuntamiento, que planea comenzar con la segunda fase del plan de choque para el Campo San Francisco.
Tras devolverle el agua a las fuentes del Bombé, el equipo de gobierno ya ha encargado a los trabajadores municipales cambiar de ubicación el parque canino, alejándolo del Paseo de la Herradura. Actuación menor, pero necesaria para abrir camino a uno de los grandes planes del Alcalde: convertir el Pavo Real en un restaurante. Con la reapertura del local y la renovación del Aguaducho, el Ayuntamiento quiere convertir el Campo en un lugar “vivo”. Víctor González pasea a su perro junto al perímetro del que será el nuevo parque canino y recuerda como, durante los años noventa, el edificio verde anexo al kiosco de la música alojó una cafetería. A sus ojos, sería una iniciativa muy beneficiosa.
Los usuarios del parque canino, que se concentran durante las primeras horas de la mañana en el recinto, lamentan que el nuevo parque sea menos alargado, algo necesario para perros “que necesitan correr”, pero celebran que en los planes del Ayuntamiento está instalar una fuente para las mascotas. Luis Américo García-Portilla argumenta que, siempre que haya dinero para ello, “es una buena noticia”. Renovar el terreno para los perros es algo necesario, explica Izaskun Menéndez, mientras su perra, adoptada hace unos meses, la observa. Menéndez es peluquera canina y explica que estos espacios son muy beneficiosos para que los cachorros “socialicen”, pero el terreno plantea un problema y es que “se desgasta muy rápidamente”. Por ello, ve el cambio de ubicación como una “gran decisión”.
María Ignacia Quirós, sentada en uno de los bancos del parque canino mientras observa correr a su perro, cree que el cambio de ubicación es una “buena decisión”. “Si quieren hacer un restaurante aquí, con una terraza no sería lo más adecuado tener perros sueltos cerca”. La joyera ovetense ya sueña con disfrutar otra vez de la terraza del Pavo Real, a la que recuerda haber ido hace años.