La iglesia parroquial de San Isidoro el Real completó todo el aforo disponible en la despedida a Pepa Rubio Bardón, profesora jubilada del instituto Alfonso II, fallecida el pasado miércoles. Su familia y sus amigos le brindaron ayer una emocionada y cálida despedida, en un funeral oficiado por el párroco José Luis Alonso Tuñón.

Al final de la ceremonia, Marta Álvarez Rubio dedicó un cariñoso homenaje a su madre, que transformó el dolor del momento en un agradecido canto a la vida. “Podemos llorar, porque mamá se ha ido o podemos sonreír porque ha vivido; podemos cerrar los ojos y rezar para que vuelva, o podemos abrirlos y ver todo lo que nos ha dejado”, dijo. Luego recitó una de las poesías escritas por su madre, titulada “Ten valor”: “No te entregues, mi amor, / resiste, / aunque el frío muerda, / no cedas / aunque el día cruja, aguanta...”.

Marta y sus dos hermanos, Julio y Lucía, arroparon a su padre, abatido por la pérdida, y con ellos sus hijos Julio, Jaime, Paula, Valeria, Lucía, Alberto y Gonzalo, consternados por la muerte de la abuela, que no esperaban tan pronto.

Pepa Rubio Bardón había nacido en León. Fue profesora del Instituto Alfonso II durante décadas y ya jubilada se dedicó a su familia y a su pasión literaria. Era hermana de Fernando y Pedro Rubio, el primero fue párroco de San Juan el Real y el segundo prior de los agustinos y misionero en Tanzania, y ambos habían fallecido años atrás.