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Irreverencia y mucho swing: el cine de animación clásico toma el Campoamor

El cuarteto “Trash-Tornados” revitaliza cortos de los años 30 en un estimulante cine-concierto

“Trash-Tornados”, durante la proyección de “Winsor McCay”. | Miki López

La extinta United Artists recuperó, en 1968, una serie de cortometrajes animados clásicos para su reestreno. De entre todo el catálogo, la productora suprimió once filmes al entender que reproducían estereotipos racistas: son los conocidos como “Censored Eleven”, los once censurados. Una de estas rarezas, “Jungle Jitters”, dirigida por Friz Freleng, se proyectó ayer en el teatro Campoamor, en un estimulante cine-concierto que incluyó un total de siete cortometrajes de animación producidos entre 1930 y 1941, además de uno de acción real de 1911, con música en directo interpretada por “Trash-Tornados”.

“Winsor McCay”, una película primitiva estrenada en 1911 y centrada en el célebre historietista del título, sirvió de perfecta introducción a la sesión. Esta pionera metaficción, en la que McCay prepara los dibujos animados que cerrarán el filme, sirvió de calentamiento para el público y para un cuarteto, el formado por Bobby González (guitarra y voz), Pibli González (batería), Pablo Souto (contrabajo) y Kiko Flores (saxo), que revitalizó con su música, fusión swing, jazz y rocanrol, los añejos e irreverentes “cartoon”.

Prácticamente ninguno de estos dibujos animados pasaría en la actualidad el filtro de lo políticamente correcto. Y, sin embargo, todos mantienen indemne la chispa del humor en sus fotogramas. En “The Skeleton Dance”, un grupo de esqueletos componen un descoyuntado baile en un cementerio. En “Boom Boom”, la Gran Guerra era objeto de parodia, con soldados muertos y balas de cañón tan mágicas como la que, presuntamente, liquidó a JFK. En “Jungle Jitters”, un vendedor ambulante penetra en la aldea de una tribu caníbal que le da a elegir entre casarse con su reina o servirles de cena (optando el incauto vendedor por lo segundo).

“Uncle Tom and Little Eva” (también conocida como “Dixie Days”) es una parodia de “La cabaña del Tío Tom” que bordea la incorrección hasta su mismo final, un homenaje al salvamento en el último segundo de “Las dos tormentas”, de D. W. Griffith. “Congo Jazz” muestra a un cazador que tiene que sobrevivir a las bestias de la selva. “The Haunted Mouse” se centra en un gato hambriento que busca posada en un pueblo fantasma. Y “Balloon Land” se centra en un país de globos asediados por un imperdible convertido en asesino en serie.

Para cada corto, “Trash-Tornados” reservó una pieza específica, tan vibrante e inesperada como los propios “cartoon”. Y el público respondió, a cada propuesta, con risas y aplausos.

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