El lavado de cara del Campo San Francisco seguirá por la retirada del viejo aguaducho y la instalación de un equipamiento renovado. Será un nuevo local hostelero, algo más grande, más moderno, de materiales más duraderos y que responderá a una de las demandas históricas para el pulmón verde de la ciudad: contará con unos baños en su parte trasera. Hoy, según ha podido saber este periódico, se abrirán las tres ofertas presentadas para ejecutar las obras, comenzando así la fase de adjudicación del proyecto. La idea es que esos trabajos de retirada e instalación de la nueva estructura se lleven a cabo durante el próximo mes y que el local pueda ser inaugurado a finales de junio.

El Consistorio ya cuenta con las líneas maestras que deberá seguir la empresa que, finalmente, se haga cargo del remozado del local. El nuevo aguaducho contará con una superficie total de unos 35 metros cuadrados. En su parte trasera hay proyectado unos aseos y un almacén. El acabado, “minimalista” según los documentos del Ayuntamiento, deberá contar con un revestimiento de madera para que el local esté lo más integrado posible con su entorno. Aunque los materiales están supeditados al visto bueno y las exigencias de la Dirección General de Patrimonio del Principado ya que el Campo San Francisco es un espacio protegido. La idea es que bajo esa “corteza” de madera haya otros materiales más duraderos. Así, se evitaría que vuelva a ocurrir lo que todavía se observa sobre el estanque de los patos, un equipamiento en estado de ruina

El nuevo será mayor, con algo más de 35 metros cuadrados de superficie. La zona destinada al bar ocupará 11,81 metros cuadrados. Además, en la parte trasera se han proyectado unos servicios de 4,5 metros cuadrados y un almacén de otros 7,54 metros cuadrados. Los materiales de la nueva construcción están supeditados a las exigencias de la dirección general de Patrimonio del Principado debido a que el Campo es un espacio protegido. Para ello y considerando el entorno de jardín histórico, tendrá una “piel” en madera, pero apoyándose en nuevos materiales que permitan su mejor conservación, consiguiendo pues, una mejor vejez.

Detalle del aguaducho, de noche, con el letrero luminoso.

En las infografías que maneja el Ayuntamiento se aprecia que la idea del nuevo aguaducho es fiel al equipamiento actual, y contaría con rótulos luminosos en su parte superior con el nombre de aquellos pequeños establecimientos hosteleros que se inauguraron en el Campo San Francisco en 1958. El equipamiento que sigue en pie junto al estanque de los patos data de aquel año, aunque se reconstruyó de manera integral en los años noventa.

El Ayuntamiento abrirá hoy las ofertas y comenzará la fase de adjudicación de las obras

La voluntad de ampliar la oferta hostelera en el Campo San Francisco, que ha retomado con fuerza el actual equipo de gobierno, no es nueva. Tampoco lo es la idea de dotar de baños al aguaducho. En 1975, el Ayuntamiento de Oviedo tenía un plan para retirar los viejos aguaduchos (uno de ellos estuvo hasta entonces tras el monumento a José Tartiere) y reunificarlos en un único equipamiento más ambicioso que contase con unos aseos. Adolfo Casaprima, en su libro “El Campo de los Hombres Buenos” recoge esta historia y achaca el abandono del proyecto a la muerte de Francisco Franco y la inestabilidad política que se vivía en aquel momento. Así, los baños del aguaducho proyectados en el 75 llegarían al Campo casi medio siglo después. El equipamiento actual tampoco es el original que se instaló a mediados del siglo XX. Una madrugada del San Mateo de 1991 un incendio en las sillas de la terraza del bar terminó por devorar el equipamiento de madera, que se reconstruyó integralmente, aunque perdiendo una parte de su envergadura inicial.