La comisión de expertos creada por el Ayuntamiento de Oviedo para impulsar la candidatura de la ciudad a Patrimonio de la Humanidad visitará próximamente cada uno de los monumentos que pueden ser determinantes en la propuesta, entre ellos los vestigios de arte prerrománico, para indicar las prioridades encaminadas a mantener y mejorar esos bienes y su entorno monumental. Estas visitas servirán para centrar una propuesta con el objetivo de tratar de conquistar la distinción que otorga la Unesco, pero también otros posibles reconocimientos, que se tramitarán de forma escalonada. Estos son dos de los acuerdos alcanzados por los miembros de la comisión en la tarde de ayer, en la que se celebró la primera reunión del órgano, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Oviedo.
En este encuentro, que se prolongó durante más de tres horas, los miembros de la comisión expusieron sus primeras impresiones sobre las posibles fortalezas de una eventual candidatura, cada uno dentro de su ámbito de actuación. La comisión de técnicos está formada por el arquitecto Jorge Hevia, que ejerce como portavoz; la historiadora del arte Yayoi Kawamura; la arqueóloga Otilia Requejo; el historiador y profesor de secundaria Ángel de la Fuente; y el sacerdote e historiador Juan José Tuñón.
La reunión, que los miembros consideraron muy productiva, sirvió para establecer una primera hoja de ruta cara a desarrollar la propuesta que se presentará ante la Unesco, y que se sintetiza en cinco puntos: mantener y mejorar los valores existentes y su entorno monumental, concretar los distintos valores que deben ser reconocidos, señalar objetivos complementarios para presentar y potenciar esos valores, la progresión escalonada en la tramitación de los distintos reconocimientos, e iniciar visitas pormenorizadas, por parte del grupo de trabajo, a cada monumento, entre ellos los prerrománicos pero no exclusivamente, indicando prioridades para los distintos bienes. La comisión acordó además un sexto punto, que pasa por convocar su próxima reunión para el martes 11 de mayo, a partir de las 17.00 horas.
Tal y como habían avanzado los miembros de la comisión de cara a preparar su propuesta, también contemplan la participación o el asesoramiento de otros expertos que les puedan aconsejar bien a la hora de concretar su propuesta, bien al preparar la tramitación. Para esta primera reunión, los miembros del grupo de trabajo acudieron al arqueólogo César García de Castro, cuyo asesoramiento agradecieron. Antes del inicio del encuentro, los miembros de la comisión fueron recibidos por el alcalde de Oviedo, el popular Alfredo Canteli, que les transmitió el apoyo municipal.
En principio, la comisión de expertos no se ha marcado plazos para presentar su propuesta definitiva ante la Unesco, ni han anticipado los puntos fuertes de una candidatura que, en cualquier caso, aún está dando sus primeros pasos. Lo que sí parece claro, en atención a las declaraciones previas tanto del portavoz del grupo, Jorge Hevia, como del propio alcalde, Alfredo Canteli, es que se trata de una propuesta que parte de cero, distanciándose de la primera y fallida iniciativa presentada en 1998 para lograr este mismo objetivo, y que no planteará una protección global de toda la ciudad, sino de un entorno histórico delimitado.
Tanto los monumentos prerrománicos como el Camino de Santiago, que ya cuentan con sendas declaraciones como Patrimonio de la Humanidad, se barruntan como dos de los puntos fuertes de la propuesta, que probablemente, en atención a la composición del grupo, incluirá también elementos como el complejo catedralicio o los vestigios del Oviedo Barroco.
Los expertos esbozan una nueva política patrimonial
La primera reunión de la comisión de expertos para elaborar la propuesta de Oviedo como Patrimonio de la Humanidad dejó una hoja de ruta que confirma la intención del grupo de armar una propuesta original y rigurosa, sin caer en los errores que hicieron fracasar el intento de 1998, pero también su vocación por ir más allá del mero reconocimiento y concretar una propuesta que, pase lo que pase con la candidatura, pueda redundar en un beneficio constatable para la ciudad. Dentro de esos cinco puntos consensuados por el grupo, destaca su intención de identificar los valores patrimoniales que pueden sustentar la candidatura y señalar la forma en la que esos bienes y sus respectivos entornos pueden ser preservados. Se trata, en esencia, del esbozo de una nueva política patrimonial en la que primen el conocimiento, el respeto, la contextualización y la puesta en valor de los bienes.
