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Salud acelera la redacción del plan del Monte Naranco para rehabilitarlo en 2022

El Principado dobla, con 500.000 euros, la inversión prevista en 2021 para elaborar el plan director de uno de sus “proyectos de legislatura”

El Hospital Monte Naranco. | Miki López

La idea es que el Hospital Monte Naranco reciba un lavado de cara total en el año 2022, cuando cumple 75 años. Para preparar su reforma, uno de sus “proyectos de legislatura”, el Principado ha ido dando pasos durante los últimos meses sin darles publicidad. En primer lugar, encargaron un informe sobre el estado actual del edificio a la empresa Centro de Análisis y Diseños de Estructuras (CADESA), que ya han recibido los encargados de las infraestructuras sanitarias de la región. Allí, están trabajando en el plan de la reforma. La idea, reflejada en los presupuestos, era encargar este 2021 la primera fase de un plan director que conllevaría una inversión de 250.000 euros. En un documento posterior, fechado en febrero, la consejería planea destinar a la “reforma, adecuación y ampliación” del Hospital Monte Naranco 578.512 euros. Más del doble de lo previsto en un primer momento, aunque insuficiente para acometer las obras. La razón, explican fuentes de la Consejería es “acelerar”, encargar la totalidad de los estudios previos de la obra en este 2021 y comenzar los trabajos el año próximo y, así, cumplir con la promesa del presidente, Adrián Barbón cuando, en 2019, anunció la reforma integral del edificio.

Según fuentes de los servicios sanitarios, el hospital, que ya sufrió ciertas reformas en los últimos años, terminaría de reformarse con las obras previstas el año próximo. Lo que la Consejería de Salud está planeando es que la atención geriátrica continúe siendo el eje central del hospital, pero que se implanten nuevos servicios para toda el área sanitaria de Oviedo, o incluso para toda Asturias, como podría ser un área de pruebas diagnósticas para programas de cribado de cáncer de mama o de colon. La idea es devolver el hospital a la vanguardia de la sanidad, siguiendo la línea de impulsar el sector biosanitario ovetense. La idea es acometer una reforma profunda de las instalaciones, con una renovación integral de los sistemas técnicos de climatización y electricidad; pero también de las zonas de hospitalización, quirófanos y consultas. El edificio dispone de espacios que en la actualidad están fuera de uso. En los últimos años, en el Monte Naranco se han efectuado obras de mejora menores, pero los actuales responsables sanitarios decidieron al principio de la legislatura que había llegado el momento de acometer una actuación más global. En principio, los planes que manejan conllevan una dificultad adicional: se pretende que las obras se desarrollen en varias fases y con el hospital en funcionamiento, sin interrumpir la actividad.

El Monte Naranco está dirigido por el mismo equipo que regenta el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), del que funciona como complemento. Registra una amplia actividad geriátrica, para pacientes que no ingresan de forma directa, sino en su mayoría derivados desde el hospital de La Cadellada.

La historia del Hospital Monte Naranco comenzó el 21 de octubre de 1947 cuando fue inaugurado como Sanatorio Antituberculoso de Oviedo, tras la destrucción del anterior en la Guerra Civil. El edificio fue levantado en la falda del Monte Naranco, en una zona de frondosa arboleda y con amplias terrazas orientadas al sur para que los pacientes pudieran beneficiarse de los efectos terapéuticos del sol. Su construcción corrió a cargo de la Dirección General de Regiones Devastadas, encargada de realizar obras de reconstrucción en ciudades particularmente afectadas por la Guerra. El por entonces ministro de la Gobernación, Blas Pérez González, y la esposa de Francisco Franco, Carmen Polo, asistieron a la apertura de un centro sanitario cuya construcción costó entre seis y trece millones de pesetas según las fuentes a las que se atienda. La plantilla inicial estaba integrada por un centenar de trabajadores, entre ellos cuatro médicos y quince enfermeras. El día de la inauguración ya había ingresados 86 pacientes.

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