Repunta la natalidad en el estanque del Campo San Francisco. Una pata patrulla allí, vigilante, estos días con sus seis patitos (en la foto, con tres de ellos), atracción principal de los niños que se aproximan a ver a los animales. No son los únicos indicadores de la nueva vida en el pequeño lago. Una pequeña tortuga también acompaña ahora a los ejemplares de mayor tamaño en la plaza central en medio del estanque, alternando los baños de sol con los chapuzones, no tan frecuentes como los de los seis patos.