El Día Mundial del Jazz será este viernes, coincidiendo con el que también será el día de “Chicuelo & Mezquida”. El segundo, pianista, está considerado uno de los mejores músicos de la nueva escena nacional, con proyectos como el dúo con Silvia Pérez Cruz. El guitarrista Juan Gómez, “Chicuelo”, por su parte, es referente de la escena flamenca y el jazz fussion. Y en formato trío, acompañados de Paco de Mode –a la percusión–, ofrecerán un concierto en el Campoamor para el que no valen etiquetas, al menos a priori. Eso, pide Marco Mezquida, que se las pongan después. Sean los críticos, la historia o quien tercie, pero no antes. A ojos de los músicos, lo que hacen es “un sonido propio”, “personal”. Único si acaso. El que será el segundo concierto del festival Vetusta & Jazz, organizado por la Fundación Municipal de Cultura, cuenta con el patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA, como todos los actos del ciclo “Oviedo es Cultura en Primavera”.

Marco Mezquida (Menorca, 1987) se mueve entre el jazz, su género de cabecera, y el flamenco, del que bebe principalmente su acompañante de cabecera, “Chicuelo”. Esa fórmula maestra les ha valido para recorrer escenarios de todo el mundo, Japón, Marruecos, Estados Unidos... tanto bajo el paraguas del flamenco como en los festivales de jazz. Un número de citas internacional que hubiese ido a más si no hubiese llegado la pandemia. El balear recuerda con pena haber tenido que cancelar el festival de flamenco de Nueva York a causa de la pandemia, pero tiene otros motivos para celebrar. El concierto del viernes en el Campoamor será el primero que da desde que el día 10 naciese su primer hijo. Tras el parón obligado por la paternidad, que le ha alejado “de los ruedos desde el primero de junio”. Mezquida asegura que llegará a la ciudad “un concierto maravilloso y lleno de energía”. E insiste, no es jazz-flamenco, o no solo, por lo pronto es “la música de ‘Chicuelo’ y Marco”.

El flamenco, explica el pianista, sale del país. De Andalucía, de la música aragonesa, pero es una música que ha obtenido un carácter global. “Estamos conectados en todas las partes del mundo. Cada vez se enseña en más lugares y se hace más asequible. Esta música se ha ramificado y eso es motivo de una gran alegría”, explica. Pero advierte de que hay que ser conscientes de que hay que cuidar “las raíces” y reivindicar que el origen está aquí y no “en otro sitio”.

La voluntad de los músicos, explica, es sacar un sonido propio, diferente, que sea capaz de “innovar en el siglo XXI”. Así, el pianista, habla de otros que se mueven entre géneros, que son capaces de innovar donde parecía que ya no había nada que hacer. Y mira a Asturias para hacerlo y, concretamente, al último disco de Rodrigo Cuevas y Raül Refree. “Un proyecto interesantísimo”, sentencia, “me considero fan”. Así, le gustan más las “uniones de personas que crean abanicos sonoros” que los clichés sobre los géneros. “Siempre he intentado ser lo más atípico y diverso posible. Amo todo, el romanticismo, el free, el jazz, el flamenco... Todo eso está en nuestra genética. Al final acabamos mezclando todo. Y es nuestra manera de ver la música y el arte en general”, relata el pianista.

Eso, en resumen, es lo que tratará el trío de transmitir a quienes ocupen las butacas del Campoamor. Para nutrir ese grupo, las entradas se pueden retirar en la web municipal www.entradas.oviedo.es. Y promete que quienes acudan al concierto saldrán del teatro “con las pilas cargadas”. El viernes, el trío ofrecerá un repertorio de música propia procedente de sus dos primeros discos. Jazz y flamenco mientras preparan el próximo álbum en el que confiesan que ya están trabajando.