El Antiguo se pone guapo de cara a un verano marcado a fuego en el calendario como el inicio de la recuperación económica tras más de un año de pandemia. El casco histórico será objeto de un lavado de cara como resultado de dos importantes obras iniciadas ayer mismo en la muralla medieval y la escalinata de la calle Ildefonso Martínez, cuyos primeros resultados serán visibles en plena campaña estival, cuando está previsto que la ciudad se llene de visitantes, siempre y cuando la situación sanitaria no vuelva a complicarse.
Si bien el Alcalde, Alfredo Canteli, y el teniente de alcalde Nacho Cuesta presentaron el jueves las obras de recuperación de la muralla medieval no fue hasta este lunes cuando la ambiciosa actuación diseñada por el arquitecto José Ramón Fernández Molina comenzó a plasmarse. Un equipo de dos operarios y un camión grúa fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida a los trabajos consistentes inicialmente en la aplicación de herbicida en los 300 metros de pared situados en la calle Paraíso, en el tramo enmarcado desde Azcárraga hasta Postigo.
Esta primera fase de los trabajos obligará a mantener cerrada al tráfico la calle Paraíso durante varios días. Las restricciones a la circulación se iniciaron a las siete de la mañana de ayer y se prolongaron hasta las siete de la tarde. Dichos cortes se reproducirán con el mismo horario hoy, mañana y el jueves, día en el que está previsto finalizar unas labores a través de las cuales la muralla quedará libre de la abundante capa de maleza de la que se reviste en la actualidad.
Una vez erradicada la presencia vegetal las obras se prolongarán todavía en el tiempo. El plazo de ejecución para este contrato de 600.000 euros es de seis meses. En caso de cumplirse, la muralla lucirá como nueva de cara a noviembre, sin embargo, se espera que ya durante el verano se muestre ya mucho más atractiva para acaparar la atención de los turistas. Al mismo tiempo, los operarios de la empresa Esfer se encargarán de recuperar el material y fijar los elementos en buen estado de la antigua construcción. Asimismo, se aprovechará para elaborar una fotogrametría del conjunto histórico, es decir, se elaborará una rigurosa cartografía de la muralla para favorecer las labores de conservación de cara al futuro.
Profunda transformación
Mucho más inmediatas serán las consecuencias de las obras de la escalinata de Ildefonso Martínez. El principal acceso a la calle también conocida como Salsipuedes desde San José será remozado gracias a una inversión de 49.000 euros. La finalización de los trabajos se estima para inicios de agosto, pues se espera que en los próximos tres meses esta emblemática calle sufra una profunda transformación.
Las obras consisten en reponer los peldaños deteriorados debido a la lluvia y a que las bajantes de los canalones de las edificaciones no están conectadas a la red de saneamiento, lo que ha contribuido a la progresiva degradación del pavimento. Además del desmontaje de los escalones para su limpieza y saneamiento, la concejalía de Infraestructuras que dirige el concejal Nacho Cuesta mejorará la iluminación en la escalinata, que es muy escasa, y se repondrá un muro de piedra que separaba la escalinata de las edificaciones existentes en la parte de abajo. Además, se añadirá una pequeña zona ajardinada y una placa conmemorativa a Ildefonso Martínez.
Las actuaciones se completarán con una mejora del saneamiento consistente en la creación de un nuevo colector de 25 metros de largo. Todo ello contribuirá a cumplir con una vieja petición de los ovetenses residentes en esta zona de la ciudad. “El inicio de esta obra tan demandada por los vecinos es un compromiso más que cumplimos antes de alcanzar el ecuador del mandato, y una de las muchas actuaciones proyectadas para adecentar el casco antiguo de Oviedo”, destaca Cuesta en relación con unas obras consideradas como la antesala del ambicioso plan director para esta zona noble de la ciudad que se espera aprobar a lo largo de este mandato.
