Susto sin consecuencias en plena madrugada en el corazón de Oviedo. Eran las tres y media de la mañana cuando un camión del servicio municipal de recogidas de la basura comenzó a maniobrar para continuar con su marcha en el casco histórico de la ciudad. El vehículo comenzó a dar marcha atrás como hace habitualmente cuando, de repente, golpeó con fuerza una farola de las de tipo isabelino. El poste se rompió por la base y el punto de luz quedó tirando sobre los adoquines de esta zona de la capital asturiana. Los operarios, sorprendidos por lo ocurrido, se apresuraron a dar aviso de la incidencia y, unos minutos más tarde, un técnico se personó en el lugar para evaluar los daños. El trabajador de guardia de la contrata encargada del mantenimiento eléctrico procedió a asegurar la instalación para que ningún paseante pudiera electrocutarse y más tarde el poste dañado fue retirado por efectivos del servicio. Los protagonistas del impacto decidieron ver lo sucedido desde el lado positivo. Por suerte, era muy tarde y al estar el ocio nocturno cerrado no hubo que lamentar ningún daño personal, pues a esa hora apenas había gente en las calles del casco histórico. De este modo, era improbable que el poste se cayera encima de alguna persona y causara daños mayores.