La nueva concesión de los chiringuitos y casetas de hostelería anunciada para este San Mateo será por tres años. Por tanto, los mismos hosteleros y asociaciones que obtengan este año la concesión la mantendrán en 2022 y 2023. El permiso municipal se otorgará por sorteo en caso de que haya exceso de demanda. El nuevo modelo festivo del equipo del Alcalde, ese giro que ya había prometido Alfredo Canteli durante su campaña, incluye además un aumento significativo del número de chiringuitos, que pasarán de los trece del San Mateo anterior a la pandemia (2019) a los 21 de este año. Serán más pequeños y la mayoría de ellos estarán gestionados por hosteleros (17). Sólo cuatro –como ya adelantó Canteli en una entrevista publicada el domingo por este diario– estarán reservados para asociaciones deportivas, vecinales, de festejos o cofradías. Algunos chiringuitos históricos, cualquiera que esté ligado a la política y los de carácter más reivindicativo que surgieron durante el mandato del anterior tripartito (IU, PSOE y Somos), como “La Folixaria”, parecen no tener cabida en el modelo Canteli. “Es un nuevo estilo que los ovetenses valorarán”, asegura el regidor.
Una de las novedades de este año es que cuatro de los chiringuitos estarán ubicados en el Campo San Francisco, concretamente en la zona del edificio conocido como el Pavo Real, justo debajo del paseo del Bombé, donde además habrá otras veinte casetas destinadas a la hostelería para consolidar una fórmula que ya triunfó en ediciones anteriores. También se instalarán otros cuatro chiringuitos en el barrio del Cristo, concretamente en el parque del Truébano, el espacio verde que ocupa los terrenos del helipuerto del antiguo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). La disposición en el Antiguo también será diferente. No en vano los nueve chiringuitos que se van a colocar en el casco antiguo estarán todos en la Plaza Porlier y no se utilizarán espacios como la Escandalera, la Corrada del Obispo o la Plaza del Riego.
Por otro lado, todos los chiringuitos de San Mateo serán prefabricados y todos iguales. La imagen del deportista pedaleando sobre el puesto del Club Ciclista de Colloto, tradicionalmente instalado en Porlier, no se verá este año durante las fiestas, aunque el colectivo se haga con la concesión de la única plaza reservada para asociaciones ligadas al deporte, un puesto que habrá de disputar, entre otros postores, a la Asociación de Peñas Azules del Real Oviedo (Aparo). Todos los chiringuitos tendrán las mismas medidas: los del Campo San Francisco serán de cuatro metros de ancho por tres de fondo y el resto un poco mayores, de seis por cuatro metros.
Cambio radical
Con todos estos cambios, el Gobierno de Alfredo Canteli modifica por completo el modelo festivo que ha imperado en Oviedo desde la última reinvención de los festejos, allá por el año 1983, cuando los dirigentes de la SOF importaron el modelo de los chiringuitos desde Bilbao. A partir de entonces, la mayoría de los colectivos y asociaciones, muchos con marcados tintes políticos, repitieron año tras año e incluso cuentan con estructuras propias que ya son todo un clásico por San Mateo. El “Rincón Cubano”, “La Guinda” o el “Pinón Folixa”, por ejemplo, son chiringuitos ligados a colectivos o entidades que ahora no podrían optar a los únicos cuatro puestos que no están destinados a los hosteleros. La llegada al Gobierno local del tripartito trajo consigo la incorporación de los llamados chiringuitos sociales, que se otorgaron a entidades nuevas, sobre todo ligadas a corrientes reivindicativas y nacidas al calor de movimientos como el 15M. Esos tampoco podrán optar a la concesión, según las nuevas condiciones.
De hecho, la entrevista de Canteli en LA NUEVA ESPAÑA y sus adelantos sobre el nuevo modelo de San Mateo han puesto en pie de guerra a los colectivos que están detrás de los chiringuitos históricos, que hoy van a mantener una reunión para hacer piña y tratar de echar abajo las intenciones del Ayuntamiento. “Se está cambiando un modelo con mucho arraigo en Oviedo y no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Ninguno de nosotros sabemos si vamos a poder instalarnos como llevábamos haciendo desde hace tanto tiempo”, señala Maite Orozco, de la Asociación de Vecinos de La Corredoria.
“Nadie tiene el chiringuito asegurado, todo ha cambiado para mejor”, afirma Alfredo Canteli
El alcalde de Oviedo lo tiene muy claro: los adjudicatarios de los chiringuitos y casetas de hostelería del Bombé tendrán que cumplir los pliegos que exige el Ayuntamiento y serán elegidos por sorteo si la lista de solicitantes es muy larga. “No hay nadie que tenga el chiringuito asegurado, las cosas han cambiado para mejor. Todo el mundo va a tener las mismas oportunidades y las concesiones serán justas”, dice el popular Alfredo Canteli. “Siempre que hay un cambio surgen algunas quejas. Cambies lo que cambies nunca está a gusto de todos, pero lo único que estoy haciendo es cumplir una promesa electoral. Este cambio está avisado desde hace dos años y medio”, añade el regidor. A Canteli no le falta razón. Su anuncio en la entrevista publicada por este diario pasado domingo ya ha provocado las primeras críticas y ha movilizado a los colectivos que tradicionalmente se hacían cargo de la gestión de los chiringuitos de San Mateo. Algunas voces acusan al equipo de Gobierno de favorecer a los hosteleros frente a las asociaciones y de acabar con un modelo de fiestas “que hace de Oviedo una ciudad irrepetible” cada mes de septiembre. Los críticos mantendrán una reunión para cerrar filas y hacer frente común en contra de los cambios. Las reacciones políticas tampoco se hicieron esperar. Rubén Rosón, concejal de Somos, duda de la legalidad del nuevo modelo. “Los chiringuitos históricos están avalados por la legislación de múltiples sentencias, por lo tanto son legales. Esta nueva adjudicación de suelo público para fines de lucro privado en el contexto de las fiestas de San Mateo puede ser ilegal”, sostiene.
