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El Martes de Campo deja buen sabor de boca en la hostelería: “Es un paso más hacia la normalidad”

El sector nota un mayor movimiento en las terrazas en una celebración tradicionalmente floja por el tirón de los parques: “Ofrecemos seguridad”

Ambiente en el Campo San Francisco durante el Martes de Campo. Irma Collín

Muy satisfechos, aunque “sin tirar voladores” tras más de un año de continuas restricciones. Así se muestran, en general, los hosteleros ovetenses tras un Martes de Campo que, si bien no se encuentra entre las fechas con más tirón para sus establecimientos por el tirón de los parques y zonas públicas para comer el bollo, sí ha supuesto esta vez una mayor afluencia a sus terrazas. “La gente ya tiene asimilado que ofrecemos seguridad”, coinciden varios autónomos del sector para explicar la buena marcha de la jornada festiva. Mientras, el Campo, el Parque de Invierno o el Pura Tomás no estuvieron tan llenos como en los tiempos previos a la pandemia.

“Aparentemente fue un paso más hacia la normalidad”, indica el presidente de la Ruta del Antiguo, Casto Fano, visiblemente contento con el balance de una jornada que califica como “tranquila, sin incidencias y con terraceo”, convencido de que puede tratarse de un punto de inflexión para, a partir de ahora, empezar a recibir más clientes de cara al verano.

La valoración es similar a la de los empresarios de la calle Gascona, donde el Bulevar de la Sidra registró un mayor tráfico de lo habitual para acoger está arraigada tradición de comer el bollo. “Nunca fue una celebración que recayese mucho en los bares, la gente suele ir a los prados, pero sí apreciamos mucha felicidad”, indicó Pedro Caramés, presidente del colectivo hostelero, que atribuyó el éxito de la jornada a la mayor presencia de mayores en la calle. “Muchos vacunados salieron por primera vez con menos miedo”, conjetura Caramés como explicación a este cambio esperanzador.

En la Ruta de los Vinos, aunque no abrieron todos los establecimientos, los hubo que organizaron actos fuera de los locales y los que sí subieron la persiana lo hicieron con buena acogida. “La sensación es que el Martes de Campo fue muy bueno”, apuntó el presidente del colectivo de locales de las calles Manuel Pedregal y Campoamor, Edén Jiménez. Al contrario, en la patronal Otea eran menos optimistas. “El Martes de Campo nunca ha sido un buen día para la hostelería, y menos si hace buen tiempo. Ayer no fue una excepción y los negocios estuvieron a medio gas. Siempre estamos a expensas del tiempo”, indica el presidente de la junta local de Otea, David González Codón, considerando a la lluvia un aliado ausente en esta edición soleada de la festividad con más solera de la ciudad.

Kiko Urrusti con la escultura que se colocará en la Ruta de los Vinos.

Kiko Urrusti ultima el nuevo emblema de la Ruta de los Vinos

La alegoría de hierro de una copa de vino y un racimo de uvas, la obra del artista local Kiko Urrusti que presidirá la Ruta de los Vinos, ya está terminada y a la espera de los correspondientes trámites administrativos para su colocación, prevista en la confluencia de las calles Fray Ceferino y Manuel Pedregal. La obra, en la imagen superior junto a su autor, en el taller del escultor, pretende ofrecer un símbolo distintivo de la zona y crear un rincón que sirva como referencia en el lugar, donde los visitantes pueden tomarse fotografías y convertir el enclave en un punto de encuentro.

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