La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un ovetense con plaza entre los genios

Juan Antonio Trobajo Flecha, con 9,92 de media en el Bachillerato Internacional, es elegido entre los 50 jóvenes más brillantes del país

Juan Antonio Trobajo, con el papel que lo acredita como becado. | L. Murias

Juan Antonio Trobajo Flecha solo sacó un nueve a lo largo de los dos cursos del Bachillerato Internacional, el resto son todo dieces. Esos resultados académicos le han servido a este ovetense de 17 años, alumno del colegio San Ignacio, para convertirse en el único asturiano elegido para disfrutar del programa “Becas Europa”, una iniciativa promovida por el Banco Santander y la Universidad Francisco de Vitoria que premia cada año a los cincuenta estudiantes más brillantes del país. Los ganadores de esta decimosexta edición resultaron elegidos de entre un total de 3.000 candidatos de más de 4.000 centros educativos, todos ellos con una nota media cercana al 9,8. La de Juan Antonio Trobajo es de 9,92. “La verdad es que estoy muy contento. Estas oportunidades hay que aprovecharlas y trataré de hacerlo al máximo”, afirma el joven ovetense.

Las Becas Europa se pusieron en marcha en su día para potenciar el talento, premiar la excelencia y apoyar la creación de redes de liderazgo entre futuros universitarios. La idea del programa es crear una red de universitarios líderes en Europa y que los participantes se conviertan el día de mañana en profesionales con un papel relevante en la sociedad. “Es muy interesante porque te pones en contacto con personas con perfiles académicos espectaculares y te facilitan encuentros con personalidades de todo tipo, con líderes mundiales y con gente que ha llegado muy alto después de haber destacado en la Universidad”, explica Juan Antonio Trobajo, que tiene en mente estudiar Ingeniería Aeroespacial.

El premio para los cincuenta elegidos de cada edición es un viaje de tres semanas por Europa visitando las principales universidades y participando en un programa de conferencias, encuentros con personalidades de primer nivel del mundo académico, político y cultural. Además, los estudiantes también participan en actividades culturales y de ocio. No obstante, debido a la pandemia, el recorrido de este año se realizará por España, aunque no se descarta algún destino europeo si es que se pueden cumplir todas las medidas de seguridad exigidas por las autoridades sanitarias de los países.

Aun así, los becados participarán en encuentros con profesionales líderes en su campo, asistirán a charlas y realizarán actividades lúdicas y formativas con autoridades del ámbito político, académico y de investigación. “Este año estaremos con los Reyes casi seguro, pero en otras ocasiones participaron presidentes de otros países, la reina de Inglaterra o incluso el Papa”, señala el joven ovetense, que ya casi tiene preparadas las maletas. “Nos vamos la primera semana de julio. Sin duda que va a ser una experiencia inolvidable”, dice el ovetense.

A la fase final de este año llegaron un total de 150 personas. Aunque tuvo que desarrollarse por internet, a los jueces les sirvió para descubrir los mejores talentos. “Tuvimos entrevistas con catedráticos sobre nuestros conocimientos académicos, pero también tuvieron mucha importancia las actividades grupales. Yo era el capitán de un grupo y lo que hicimos fue diseñar un espectofotómetro capaz de detectar el covid en los sistemas de ventilación de los aviones. Todo esto de forma teórica porque, evidentemente, no lo podíamos construir”, aclara.

Un joven deportista que toca el piano y viaja con los amigos


Además de los méritos académicos, el jurado de las Becas Europa también tiene en cuenta los valores y las aficiones de los elegidos. “Quieren gente activa”, dice Juan Antonio Trobajo. Y el joven ovetense cumple con esos requisitos. Le gusta el deporte. Ahora va al gimnasio y sale todos los fines de semana en bicicleta, pero antes del confinamiento estaba en un equipo de natación y jugaba al baloncesto. La semana pasada terminó el grado profesional de Piano y todavía le queda tiempo para colaborar con las religiosas de la Residencia de María Inmaculada dando clase a niños, principalmente inmigrantes. Cuando puede, viaja con sus amigos. “Soy un tío muy normal”, asegura.

Compartir el artículo

stats