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El polígono agropecuario de Bueño, una eterna aspiración en busca de fórmula

“Es un cuento viejo que luego queda en nada”, dicen los vecinos sobre el plan de concentración parcelaria que sucede a otro de expropiaciones, pero todavía no ha sido concretado

José Merino, ayer, señalando los terrenos de la vega de Bueño. | L. B.

La aspiración anunciada el pasado marzo por el Principado de convertir a Bueño en “el huerto de Oviedo” a través de una concentración parcelaria en la vega de la localidad riberense parece todavía un proyecto muy lejano. Vecinos, algunos de ellos propietarios de terrenos en la zona, ven en la propuesta un capítulo más de “un cuento viejo que luego queda en nada”. Mientras, el gobierno regional admite que la idea aún se encuentra “en fase inicial” y ni siquiera se ha delimitado su ámbito de actuación.

La búsqueda de una fórmula para impulsar la actividad agroindustrial a orillas del Nalón a su paso por Ribera de Arriba lleva ya décadas rondado los planes de las distintas administraciones locales y regionales. La última gran apuesta se inició a finales del pasado mandato, cuando el entonces consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra, mostró su disposición a acometer junto al Ayuntamiento una expropiación de 400 parcelas con 582.500 metros cuadrados para promover grandes explotaciones agrícolas.

El proyecto pareció coger carrerilla, pero tras las elecciones autonómicas y locales de 2019 quedó en suspenso. La idea de la expropiación forzosa generó preocupación entre los dueños de los terrenos y el nuevo alcalde, el socialista Tomás Fernández, captó el mensaje y decidió posicionarse por la búsqueda de alguna alternativa “consensuada” con los afectados y menos agresiva con los intereses de los legítimos dueños de las fincas.

Para buscar ese consenso, la consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial, con Alejandro Calvo al frente, desveló hace tres meses sus planes de optar por una concentración parcelaria, basada en las permutas de terrenos, para habilitar grandes extensiones capaces de acoger explotaciones rentables en la vega. Entonces subrayaron que se trataba de un proceso complejo que se prolongaría “entre tres y cinco años”. Ahora, aseguran que dicho plan todavía está muy verde. “Se están elaborando las bases para determinar el número de fincas, la superficie de la zona a concentrar y las posibles necesidades de viales”, indican fuentes regionales.

Los vecinos ven improbable una posible actuación sobre el terreno y se muestran incrédulos ante la posibilidad de que el plan llegue a concretarse. “Es una historia que cada cierto tiempo sale, pero nunca fructifica”, apunta José Merino desde las inmediaciones de su parcela de la Vega, donde aloja a sus tres perros y dice no sentirse amenazado por una posible permuta. “Al final quedará en nada”, sentencia.

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