La ya conocida como milla de la bata blanca, la red de empresas e instituciones del sector biosanitario que florece al calor del HUCA, contará con nuevos vecinos una vez que las administraciones se rasquen el bolsillo. El Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias da ya por hecho su traslado desde los terrenos del viejo hospital a La Cadellada, pero sus responsables no se mojan sobre los plazos. “Está en proyecto, pero de momento seguiremos en el Cristo”, indicó la directora de la institución, Ana María Ojea, tras el homenaje que rindió ayer el Ayuntamiento de Oviedo a las personas con más de cien donaciones a sus espaldas, con motivo del Día Mundial del Donante.
Ojea confirmó modo un proyecto adelantado el pasado marzo por LA NUEVA ESPAÑA, sobre el que tanto la institución como la administración regional habían guardado silencio hasta ahora. La actual sede del Cristo, inaugurada en 1987, se ha quedado obsoleta y alejada del principal polo sanitario de la región. El cambio, una aspiración y también una necesidad, sigue pendiente de fondos.
Los sondeos que desarrolló una empresa en una zona verde situada frente al área de Urgencias del HUCA delató los planes de la unidad de donantes y el Principado hace treses meses. Sin embargo, desde entonces no consta que se haya contratado ningún proyecto ni que se haya iniciado trámite alguno para llevar a cabo una inversión básica para la modernización del Centro de Sangre y Tejidos, servicio considerado esencial para la realización de operaciones quirúrgicas y salvar muchas vidas.
De momento, como indica la propia Ojea, el servicio continuará en el Cristo, en medio de las viejas instalaciones prácticamente abandonadas desde hace más de seis años y para las cuales sigue sin haber planes de reutilización, al menos en el corto plazo. Entre las opciones planteadas está la de acometer el traslado de la unidad de donantes cuando se proceda al derribo de los edificios irrecuperables del viejo complejo sanitario. Mientras tanto, los trabajadores del centro de transfusiones y tejidos continuarán con su labor discreta y silenciosa en unas oficinas que, aunque viejas y deterioradas, albergan mucha dedicación y pasión por ayudar a los demás, en ocasiones salvándoles la vida.
La institución pide más voluntarios para poder garantizar el suministro de sangre en verano
Ana María Ojea, directora del Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias hizo ayer un llamamiento para que el número de donaciones de sangre aumente, ante el temor de que las vacaciones provoquen una reducción del “stock” que impida garantizar el suministro a los hospitales de cara a un verano en el que se prevé una demanda “incluso superior” por parte de los centros sanitarios. La mejoría en la situación de la crisis del coronavirus llega acompañada de la recuperación de muchas operaciones y tratamientos que se vieron retrasados para intentar frenar los contagios. Si bien desde marzo del año pasado el número de donaciones cayó, este descenso fue incluso menor que la disminución de las peticiones de los hospitales, donde están ahora incrementando sus peticiones de sangre para recuperar la actividad perdida. Ojea anima a nuevos donantes a pasarse por sus unidades móviles y puntos de extracción para compensar la ausencia veraniega de otros donantes habituales y así poder mantener el suministro de 180 bolsas de sangre diarias, necesarias para asegurar el abastecimiento de los quirófanos y diferentes tratamientos. “A pesar de la caída de las operaciones, en plena pandemia la demanda de plaquetas para enfermos de leucemia aumentó más de un 3%”, destacó la directora del centro ubicado en el antiguo complejo del Cristo para poner de relieve vital importancia de mantener un flujo sostenido de donaciones.