Nacho Cuesta, primer teniente de alcalde en la ciudad, y David Gistau, arquitecto, se dieron la mano y acordaron poner fin, en enero de 2020, a la relación que unía al Ayuntamiento de Oviedo y a la UTE Bosque y Valle. Entonces, el bulevar del tripartito desapareció de los planes y la Corporación actual troceó el proyecto para que fuese más digerible. Cerca de que se cumplan los dos años desde el anuncio y con una pandemia de por medio, la Junta de Gobierno aprobó la rescisión del contrato con la UTE y entierra el proyecto del tripartito. A la empresa se le pagarán 316.000 euros y el Ayuntamiento adjudicará los trabajos de reforma de la entrada de Oviedo.

La rescisión era imprescindible para evitar que los planes municipales se pudiesen derrumbar ante un recurso de la contratista o de la oposición. Unos minutos después de que la Junta de Gobierno lo acordase, Wenceslao López, portavoz del PSOE, anunciaba que llevaría a los tribunales los últimos proyectos de PP y Ciudadanos. Para sustentar la decisión de la concejalía de Infraestructuras, el Ayuntamiento se apoya en varios informes de los técnicos municipales. Tanto el anterior responsable del contrato como el actual, como informes de Infraestructuras, Abogacía Consistorial y Contratación avalan que se rescinda el contrato. Desde la concejalía de Infraestructuras, y de acuerdo con el literal de los informes técnicos que sustentan esta decisión, señalan que la causa de la resolución del contrato es “la absoluta contradicción e incongruencia entre el proyecto encargado por el anterior gobierno y lo que dictaban los pliegos de dicho contrato”.

Nacho Cuesta señaló que “el proyecto contratado por el gobierno tripartito incluía una secuenciación de fases dilatadas en el tiempo que habría significado empantanar con obras y atascos la entrada a Oviedo entre 6 y 10 años, algo absolutamente inviable que habría acarreado un caos de tráfico y un perjuicio para los ciudadanos que no podíamos permitir”. Además, el responsable de Infraestructuras añadió que “entre otros motivos de resolución del contrato fallido está también la actuación final que recogía el proyecto, que se reducía a una mera actuación en una carretera , sin alejar el tráfico lo suficiente de San Julián de los Prados, y que nada tenía que ver con la propuesta inicial que nos vendió el anterior gobierno hasta la saciedad”.