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Gloria Peón, en casa para colgarse de la Escandalera

La bailarina gijonesa protagonizará el viernes el espectáculo de danza vertical de esta edición con su compañía “La Glo Cirko”

Una actuación de “La Glo Cirko”. | LNE

La danza vertical es, a todas luces, una locura, pero también uno de los mayores reclamos de Cafca tras el éxito del espectáculo en la edición anterior. Este año se repite la actividad y el escenario, el edificio de Cajastur en la Escandalera, pero con nueva compañía y espectáculo. El viernes, el grupo “La Glo Cirko”, afincado en el País Vasco, pero dirigido por la asturiana Gloria Peón, se pondrá las mallas, se atará los arneses y correrá y saltará por la fachada de la Escandalera. Cuenta la gijonesa que es un lugar singular, “con mucha ventana”, lo que lo convierte en una plaza complicada.

La idea es ensayar el día antes, hacerse a los volúmenes del inmueble, conocer cada punto en el que no se puede pisar y, el viernes, llevar una disciplina “muy desconocida al mayor número de gente posible”. Cuenta Peón que ella descubrió la danza vertical hace unos diez años, aunque se lleva practicando desde principios de los 2000, especialmente en Francia y Canadá. En España, relata, impacta mucho, pero se conoce poco. Ella, que nació en Gijón, pero que conoce Oviedo a la perfección, calcula que puede llenar la plaza de la Escandalera, pero también el paseo de los Álamos. Ya que estima que “en Asturias, mucha gente lo va a conocer por primera vez”.

Gloria Peón viene del circo, donde era trapecista. De ahí dio el salto a la pared. Confiesa que no es fácil vivir de ello sin compaginar la disciplina con el baile contemporáneo o la docencia, por ejemplo. Pero la artista confía en que las cosas vayan cambiando con el tiempo, algo a lo que, señala, ayuda este tipo de programación. La directora del grupo desvela que realizarán un espectáculo inédito y “específico” para el edificio de la Escandalera. Este, detalla, contará con tres bailarinas y un músico que “tocará en directo” y también se colgará del arnés para bailar sobre el edificio.

La actuación, que tendrá una duración aproximada de 45 minutos, está prevista que se celebre a las 19.00 horas. La única preocupación es el clima. Peón mira el tiempo confiando en que no llueva y, si lo hace, que sea poco. En principio, la jornada será soleada, suspira con alivio. Y “si orbaya, tampoco pasa nada”, añade a renglón seguido. Esto, indica, más por la incomodidad del después que por la dificultad del durante. La pared, cuenta, se moja menos que el suelo y, a no ser que “diluvie”, no se cancelará la actuación.

Al ser asturiana y tener la oportunidad de volver a pasar por su tierra y en medio del festival, reconoce que pasará por otras actuaciones durante el fin de semana acompañada de su hija. La bailarina, antes incluso de subirse por las paredes de la ciudad, ya reclama la continuidad del festival. “Espero que se consolide, me haría muchísima ilusión que hubiese este tipo de programación todos los años y que, además, se programe a artistas asturianos a los que la vida nos ha llevado fuera”, enfatiza. Hasta el viernes, toca ensayar, lo que su compañía hace aprovechando los abundantes frontones donde se juega a pelota vasca.

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