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El Paseo del Padre Valdés, frente al convento de Santo Domingo

El Ayuntamiento quiere bautizar con el nombre del dominico la vía del Campillín más próxima al centro donde estuvo destinado

El Padre José. Irma Collín

La petición, lanzada hace un mes por antiguos alumnos, está a punto de hacerse realidad. Aquellos que conocen las bondades y la constancia de su magisterio, además de su pasión por un deporte que hizo rey en Oviedo, el hockey sobre patines, iniciaron hace un mes una campaña de recogida de firmas para que el padre dominico José Luis Álvarez Valdés tuviera una calle en la ciudad donde ejerció la mayor parte de su magisterio, en el colegio de Santo Domingo. Ahora, el Ayuntamiento estudia la posibilidad de concederle el nombre del dominico al paseo de la parte baja del Campillín, el más próximo al colegio donde el Padre Valdés se ponía los patines debajo de la sotana y agarraba el stick.

A la propuesta para que ese camino de la parte baja del Campillín, que pasa entre columpios y zonas de juegos deportivos, pase a convertirse en “Paseo del Padre Valdés” solo le quedan algunas formalidades administrativas. El Ayuntamiento completa así, además, una iniciativa para nombrar paseos y recorridos por las zonas verdes de la ciudad, como ya hizo, también en el Campillín, con el maestro medievalista Ignacio Ruiz de la Peña, o en el Campo con Tribuna Ciudadana y con Jaime Álvarez-Buylla.

En el caso del Padre Valdés, la iniciativa surgió de la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Santo Domingo de Guzmán de Oviedo. A través de internet, lanzaron una convocatoria para que “fraile tan querido y respetado en toda la ciudad, y en toda Asturias” recibiera una calle en la ciudad por la que tanto hizo.

En los méritos para tener su sitio en el callejero destacaban sus exalumnos el cariño que José Luis Álvarez Valdés tiene a la ciudad, su entrega como fraile dominico a Oviedo, su labor educativa que llegó a toda Asturias y a toda España y su labor deportiva con la que, recalcaban desde la asociación, “no hay fraile en España que haya logrado lo que él logró”. La petición de la calle para el Padre Valdés concluía: “su alma, su mano abierta, siempre estuvieron y siguen estando abiertas a quien lo necesite”.

José Luis Álvarez Valdés (Figaredo, 1936) ejerció buena parte de sus 49 años de docencia en Oviedo, que se completarían con sus años en La Felguera. A sus 85 años, conserva muy viva la memoria de los éxitos deportivos con el hockey sobre patines y mantiene el contacto con esa amplia comunidad de exalumnos y devotos admiradores de su magisterio.

Contaba el Padre Valdés que conoció el hockey en Corias (Cangas de Narcea) y en madreñas, los patines, en Salamanca y después, en Oviedo, en 1963, llevó a la práctica la puesta en marcha de un equipo. De su cantera salieron jugadores legendarios como Juan Alberto Fernández, que se convertiría en el primer jugador no catalán en convertirse en internacional.

Los equipos del Padre Valdés lograron hacerse con ocho campeonatos de España y más de una decena de sus jugadores terminaron siendo convocados para representar a España. El éxito del hockey fue, también, un éxito para la ciudad, que vivió como propia la gloria de los equipos del Padre Valdés y los beneficios que su amor al deporte trajo. Ahora, el Ayuntamiento corresponderá esa vida de tesón, sacrificio y éxito deportivo con un paseo al lado del lugar donde hizo que el hockey brillara.

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