“Jus Kno’” son dos, pero funcionan como uno solo. Los ovetenses –“de Lugones de toda la vida”, añaden– Pablo Villanueva (1989) y Alex Aller (1992) han consolidado un proyecto único en el que la electrónica se reinventa en un equilibrio vanguardista que se apoya en el audiovisual. Los asturianos, residentes en Madrid desde hace años, acaban de lanzar su primer álbum (“xº”) tras varios EPs. Esa es la propuesta que traerán al teatro Filarmónica esta tarde, donde serán los encargados de abrir la segunda edición del festival Vesu, que se extenderá hasta el domingo con citas en los teatros Campoamor y Filarmónica y la Fábrica de Armas.

–Un año complicado. ¿Empieza a despegar la cultura?

Pablo Villanueva –No está siendo muy fácil, no. Pero parece que vamos solventando. En julio con el Vesu y otro en Galicia. Se empieza a ver la luz al final del túnel.

–¿Qué tal los conciertos en pandemia?

Alex Aller –Pues hemos dado pocos. Presentamos hace poco este disco en Madrid, pero el último concierto que dimos fue antes del confinamiento.

P. V. –Nos contactaron de festivales, pero se fueron cayendo todos. De este concierto esperamos algo muy especial. Es la primera vez que tocamos en casa en formato grande. Seguro que nos queda para el recuerdo.

–¿Cuál es la propuesta?

A. A. –Lo principal es que queremos que la gente se quede con la copla de haber visto algo nuevo, algo que nunca antes han visto. Creemos que es un formato atípico en Oviedo e, incluso, dentro del festival.

P. V. –Vamos a llevar el show que dimos en Madrid. Tiene una parte muy importante de audiovisuales. La música irá acompañada de un mediometraje de una hora. Son diez capítulos que servirán de apoyo a los temas del disco. Es una experiencia. Hay gente que se queda más con la música y otra que lo hace con el relato. El protagonista del vídeo es un amigo que vive con nosotros en Madrid, el actor José Méndez.

–No se suele ver un concierto de electrónica con el público sentado.

A. A. –La verdad es que tampoco nos identificamos mucho con la electrónica a la que está acostumbrada la gente. “Jus Kno’” no encajaría en un club a las tres de la mañana. Puede que un poco antes sí. Pero lo que hacemos es otra cosa. Es una experiencia distinta.

P. V. –Nosotros, además, llevamos bastantes instrumentos. De hecho, no creo que el escenario del Filarmónica se nos quede grande. Pero sí que resulta raro actuar ahora: hay mucha distancia, parece que el escenario se convierte en una pantalla y nosotros no vemos cómo reacciona el público, tenemos que imaginarnos que se lo pasan muy bien.

–¿Hay más oportunidades en Madrid que en Asturias?

P. V. –Es difícil responder a eso. Madrid es un circuito más grande, pero también hay más competencia.

A. A. –Cuando hay un nicho más grande de mercado, en el que puedes gustarle a más gente, es más fácil que esa escena se fomente. Pero hay que destacar que en Asturias también hay festivales relevantes de electrónica y es importante darles crédito.

–El Vesu parece haber entrado ahí.

A. A. –Y les estamos muy agradecidos por haberse atrevido a programar algo distinto y haber apostado por gente local, aunque estemos fuera. Es entendible que los festivales quieran tener de cabeza de cartel a una estrella, a alguien que venda muchas entradas, pero también debería haber huecos para gente de aquí. Igual que es fácil enorgullecerte de alguien de aquí que triunfa, también hay que apoyar a los que lo están intentando.

–Y ya que vienen a casa, ¿se quedarán?

P. V. –Todo lo que podemos. Serán como unas vacaciones, nos quedaremos en casa hasta nuestra siguiente fecha, que es el día 10 en Galicia. Hasta entonces intentaremos descansar, ver a la familia y disfrutar del festival.