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El testimonio del musico ovetense "Kiki Dee" tras mes y medio en la UCI por covid: “Tuve un pie en la tumba”

Enrique Riestra, batería en la escena rock local, regresa a casa con un mensaje claro: "Nadie está libre de este virus; las fiestas dejarlas para cuando puedan disfrutarse sin peligro"

Enrique Riestra, “Kiki Dee”, ayer, en el centro de Oviedo. | Luisma Murias

“Me van a dormir porque es lo mejor para poder curarme. Te quiero”. Ese mensaje llegó al móvil de la mujer de Enrique Riestra el pasado 21 de abril, seis días después de que lo ingresaran en el HUCA con una neumonía provocada por el covid. No quería preocuparla, pero los médicos le invitaron a avisar a su familia porque las cosas se estaban poniendo feas. Después le bajaron a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), notó un pinchazo y estuvo dormido durante tres semanas. Riestra, popular batería de la escena local donde se le conoce como “Kiki Dee”, cumplió los 40 años el pasado 9 de mayo sedado, sin enterarse de que estuvo a punto de no despertar jamás. “Me dijeron que hubo alguna noche en la que llegué a tener un pie en la tumba”, explica. Abrió los ojos el 12 de mayo, justo el día del cumpleaños de su mujer, pero tuvo que pasar otras tres semanas en la UCI antes de regresar a casa. Aún está convaleciente, tuvo que someterse a una traqueotomía y le han quedado algunas otras secuelas, pero ha logrado escapar de la muerte. Por eso quiere lanzar ahora un aviso a navegantes ante el riesgo que está levantando entre los jóvenes ante una quinta ola. “Nadie está libre de este virus, que puede llegar a ser un asesino y no entiende de edades. Las fiestas hay que dejarlas para cuando puedan disfrutarse sin peligro”, sostiene.

Y claro que nadie está libre. Enrique Riestra y su mujer fueron estrictos con las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias desde el momento en el que la pandemia llegó a España y lo seguían siendo cuando el virus entró en su casa. “Sólo salíamos a cosas imprescindibles, a comprar o al trabajo. Llevábamos meses sin ver a la familia y a los amigos, pero nunca se sabe dónde puede tocarte”, explica el músico. “En Semana Santa mi mujer empezó a sentirse mal. Tenía unas décimas de fiebre, 37,5 o así, pero al llegar el lunes avisó en el trabajo por si acaso. La mandaron llamar al médico de cabecera y este la envió al HUCA para que se hiciese la PCR. Dio positivo”, relata Enrique Riestra.

“Sólo salíamos a cosas imprescindibles, a comprar o al trabajo. Llevábamos meses sin ver a la familia y a los amigos, pero nunca se sabe dónde puede tocarte”

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Como es lógico, él también se hizo la prueba ese mismo día, pero en su caso le salió negativa. “Esos días ella estuvo aislada dentro de nuestra propia casa e hicimos todo lo posible por evitar la transmisión, pero a los cuatro días yo también empecé a sentirme mal”, explica. “Me dolía la cabeza y tenía fiebre. No pasaba de 38, pero como mi mujer estaba contagiada volví a llamar al médico. Me mandó a hacer la PCR y esta vez di positivo. Me dijeron que me quedara en casa y que me llamarían cuatro días más tarde para ver que qué tal me encontraba, y para vigilarme. Al tercer día tuve que volver a llamar yo porque la fiebre no bajaba”.

Enrique Riestra tiene asma y ese también es un factor de riesgo para los pacientes infectados por el covid, así que su médica de cabecera empezó a preocuparse y le dijo: “Voy a enviarte a casa una ambulancia especializada para pacientes covid, no vaya a ser que tengas neumonía y las cosas se compliquen”. Acertó. “En ese momento no me puse nervioso, porque no me encontraba especialmente mal. Era como un catarro, pero ni siquiera tosía mucho. Tampoco había perdido el sentido del olfato ni el gusto. Lo que más me dolía era la cabeza”, relata. Pero le hicieron unas analíticas y unas placas y descubrieron de inmediato que tenía neumonía.

Los primeros días en el hospital estuvo ingresado en planta. Entró en el HUCA el día 15 de abril y le dijeron que tenía que quedarse para tratar la neumonía y para estar pendientes de su evolución, pero aún así pensaba que iba a irse pronto para casa. “Los dos primeros días estuve más o menos bien, pero al tercero empecé a respirar cada vez peor y cada vez necesitaba más oxígeno. El día 21 de abril fue cuando vino el médico y me dijo que había que sedarme porque la cosa se había complicado. También fue cuando me dio la opción de hacer una llamada”, rememora. Dio la casualidad de que Enrique Riestra había leído poco antes una entrevista al actor Jordi Sánchez –Antonio Recio en la serie “La que se avecina”– que también las había pasado canutas por culpa del covid. “Me vino al instante porque contaba que a él también le ofrecieron lo mismo. Yo opté por un mensaje para preocupar menos a mi mujer”, relata.

Vivir solo en sueños

Entonces se durmió. Y sin que él lo supiese, comenzó un proceso médico para salvarle la vida. “Estaba intubado y tuvieron que hacerme la traqueotomía, pero no me enteré de nada. Cuando desperté me dijeron que hubo noches en las que llegué a alcanzar los 42 grados de fiebre”. Mientras tanto, él soñaba. “Soñé un montón. Hubo como cuatro líneas argumentales diferentes, aunque ahora solo recuerdo algunos puntuales. Por ejemplo, en uno de los sueños me encontraba en un centro especializado contra el covid en Ribadeo y me estaba curando. Era agradable porque me sentía totalmente bien”, recuerda Enrique Riestra. “En otro sueño me iba a tocar la batería con dos amigos que son músicos, Helena Gil y Pablo Jonte. Me habían llamado para ir a grabar un disco a Gijón con una superestrella de los ochenta, pero es una pena porque no me acuerdo de quién se trataba”, explica Kiki Dee, que toca la batería en la banda de Juanjo Zamorano y “los Repuestos”, “M de Matilde”, “Incorregibles”, “Gil and Him” o “Guateque Experience”, entre otros grupos asturianos.

"Cuando desperté me dijeron que hubo noches en las que llegué a alcanzar los 42 grados de fiebre”

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Y el 12 de mayo despertó. “Hola Enrique, ¿sabes dónde estás?”, le dijo el médico. “No, la verdad”, le respondió. “Estás en la UCI del HUCA”, prosiguió el facultativo. “Ahh, en La Corredoria... Bueno, al lado de casa”, pensó. Allí, en la Unidad de Cuidados Intensivos, estuvo otras tres semanas. “Cada día notaba pequeños avances y eso me motivaba mucho. Primero me quitaron una vía, después una sonda... Además estaban los médicos, que además de ser grandes profesionales se implicaron a nivel personal. No quiero que suene a tópico, pero la verdad es que son increíbles”, señala Riestra, que aún lucha contra una neuropatía en el pie derecho y acude a rehabilitación para recuperar el tono muscular perdido durant e todo el ingreso.

La vuelta a los escenarios, sentado detrás de la batería, la deja para el 24 de agosto, cuando, si las fuerza le acompaña, tocará en los Jardines del Náutico con la banda Juanjo Zamorano y “Los Repuestos”.

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