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Un festival “sensacional” con público de varios países europeos

“Esto es una apuesta para permanecer en el tiempo”, dice José Luis Costillas, concejal de Cultura

José Luis Costillas, concejal de Cultura y, por tanto, la máxima autoridad (política) competente en la cuestión, no encuentra otra palabra que “sensacional” a la hora de hacer balance de la segunda edición del VeSu, el festival de música independiente que arrancó el jueves en el teatro Filarmónica y se cerró ayer en la fábrica de armas de La Vega.

Costillas hace extensivo el calificativo a la respuesta del público y a la organización. El concejal afirma que el VeSu “es una apuesta para permanecer en el tiempo” y en su opinión la edición de este año “ha demostrado que en Oviedo sí se pueden hacer estas cosas, que la ciudad tiene capacidad para organizarlo y que la respuesta del público lo corrobora”. Insiste el edil que “los cuatro días de conciertos se han llenado todos los escenarios” por ello “ya estamos esperando a 2022 para hacer el tercer VeSu”.

Quien tendrá que descansar un poco antes de ponerse a trabajar en la edición del año que viene es Íñigo Domínguez, uno de los responsables de la organización. Ayer era un tipo agotado, pero satisfecho. A la tensión de organizar un festival de música se sumaron las restricciones por la pandemia, y el empeño de todos los implicados en la organización era que nada se saliese de los límites marcados por las autoridades. Lo lograron en el 99 por ciento de las ocasiones, así que superaron la prueba.

El VeSu se ha consolidado este año como uno de los festivales de música de referencia en el norte de España. Cierto que muchos se han suspendido. El festival ovetense ha saltado fronteras y a Oviedo ha llegado público de varios países europeos. La organización realizó una encuesta entre los asistentes para conocer el perfil del público que asiste a los conciertos. Así se encontraron sorpresas como que había personas llegadas de Ekaterimburgo (Rusia), Alemania, Francia o Portugal. Además de la importante presencia gallega, la más destacada después de la asturiana. En la fábrica de armas de La Vega también se registraron visitantes de Palma de Mallorca, Madrid, León, Bilbao, Cantabria o Galicia.

Íñigo Domínguez destacó la respuesta del público, con las entradas (gratuitas) agotadas para todas las sesiones. Por ejemplo, las de “Novedades Carminha”, que tocaron el sábado por la noche en La Vega, se ventilaron en minuto y medio. Un poco más, es decir, cinco minutos, duraron en la taquilla virtual los tickets para asistir al concierto de Kiko Veneno el sábado por la tarde en el teatro Campoamor.

A falta de hacer números, la organización calcula que han podido pasar por el festival entre 3.500 y 4.000 personas. Ya piensan en la respuesta del público para cuando en 2022 no haya (eso se espera) restricciones de aforo ni obligada distancia social entre los asistentes a los eventos.

Domínguez aplaudió la respuesta del público, que salvo rarísimas excepciones, en especial a última hora de la noche del sábado, cumplió con la normativa covid. Y celebró también la respuesta de los grupos, encantados de poder tocar en Oviedo. El VeSu quiere “diferenciarse de otros festivales” y por eso apuesta por bandas jóvenes que están comenzando su andadura y por grupos ya muy consolidados que atraen la atención del público. Ahora, a descansar y preparar el cartel del año que viene.

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