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El inicio de la temporada en la ciudad

La capital registró en mayo más pernoctaciones que Gijón y Santander

La ciudad, que en mayo encabezó viajes y pernoctaciones en la región, saluda con el buen tiempo el inicio de la campaña turística estival

El parque de Santullano, ayer. | Fernando Rodríguez

Se ha hecho esperar, pero el buen tiempo bendijo ayer a Oviedo, ansiosa por catar el verano. Viajeros procedentes de distintos puntos del país y el extranjero paseaban ayer por la capital asturiana, ya sin la chaqueta colgada del brazo, y aprovechaban los primeros rayos de sol para conocer la ciudad y pasar tiempo en las terrazas. Un alivio para el sector hostelero y hotelero, muy golpeado por la crisis del covid y que afronta con cautela una temporada estival que se prevé decisiva cara al balance anual. De momento, las perspectivas son buenas: en mayo, la ciudad fue el destino preferente para los visitantes de dentro y fuera de la región, encabezando las pernoctaciones. El objetivo es mantener esta buena dinámica las próximas semanas.

Familias, parejas y amigos de distintos lugares coincidieron ayer a las puertas de los monumentos más emblemáticos. No es casual: la riqueza patrimonial y museística de la ciudad es un reclamo de primer orden. “Mi novio es de cultura y yo de naturaleza. Queremos ir a Cangas de Onís, Gijón, Covadonga, Ribadesella y Llanes. Aquí en Oviedo veremos la exposición ‘Santullano, viaje al siglo IX’ (que se inaugura este jueves en Trascorrales), el Prerrománico, las estatuas del centro y la catedral”, asegura Alba García, que llegó ayer desde Castellón para pasar cuatro días en Asturias en compañía de su pareja. Victoria Compte y Carla Trets, dos amigas que acababan de llegar a la ciudad, expresaban también su interés por la cultura ovetense. “Haremos un tour por Oviedo para que nos expliquen su historia y visitaremos el museo de Bellas Artes”, comentaban.

Otros, como Belén Castellote y Antonio Morcillo, se acercan al norte huyendo de las elevadas temperaturas de la meseta. “Hemos venido escapando del calor. Me esperaba menos humedad, pero estamos encantados, porque además en un lugar muy bonito”, confesaba ella. “En verano, todo lo que no sea Madrid, se agradece”, puntualizaba él entre risas. Mientras que en lugares como la capital del país las temperaturas oscilan entre los treinta y cuarenta grados, en Asturias las temperaturas son más benévolas. Ayer, que la marca de los termómetros subió de manera excepcional, los parques, como el de Santullano, ofrecían una estampa de lo más veraniega, con proliferación de trajes de baño, toallas, sombrillas y sillas de playa. A falta de arenal, Oviedo es un oasis.

Victoria Compte y Carla Trets, ayer, en Santullano. | Fernando Rodríguez

Por las ganas de desquitarse del verano de 2020 y porque el buen tiempo anima a los visitantes a acercarse a la costa, muchos turistas visitan la capital durante día y se alojan en zonas próximas al mar. Pero también hay quien lo hace a la inversa: el turismo post-pandemia no es fiel a un solo sitio, sino que ahora quienes viajan prefieren conocer toda la rica oferta turística del territorio.

En ese contexto complejo y muy cambiante por las amenazas de la evolución de la pandemia, a pesar de la afluencia de viajeros el sector hotelero en Oviedo no se confía. “Los datos no son buenos; si no superamos el 80% de ocupación en verano tendremos un problema muy serio. Si las cifras se parecen a las del año pasado, podrían ser aceptables para seguir tirando”, afirma Fernando Corral, vicepresidente de la patronal de empresas turísticas OTEA. “Oviedo se suele mantener por debajo de Gijón y Oriente, pero es un verano raro, no podemos hacer predicciones”, añade.

Noemí Alonso y Alejandro Cortina, ayer, en Santa María del Naranco. | Fernando Rodríguez

Es cierto que la pandemia ha tenido consecuencias muy negativas en el sector turístico. En el mes de mayo, el último con datos oficiales por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE), se aprecia el inicio de la recuperación del turismo, pero todavía muy lejos de las cifras precovid de hace dos años. En Oviedo, el turismo nacional que el pasado mayo visitó la capital sumó un total de 15.323 viajeros, mientras que en ese mismo mes del año 2019 llegaron 27.465 personas.

Como anticipaba Fernando Corral, no son grandes cifras, aunque una lectura a nivel regional, incluso en el ámbito de la Cornisa Cantábrica, muestra que en esa todavía tímida recuperación Oviedo adelanta a Gijón (10.264 viajeros) y a Santander (15.314). La diferencia es más relevante si se miden las pernoctaciones. En mayo Oviedo registró 26.590 noches de turismo nacional frente a las 24.269 de Gijón y las 24.157 de Santander. Aunque en este caso, los resultados también están lejos de una actividad turística normal, que multiplicaría por dos estas cifras.

De cualquier modo, según los comentarios de los turistas consultados ayer, la climatología no será un problema. El tiempo asturiano, lejos de asustarles, dicen atrae a miles de turistas cada año, que llenan sus maletas con innumerables “por si acaso” y planean varias rutas para conocer a fondo la costa y las montañas de la región. Porque si algo bueno tienen Oviedo y Asturias es que su atractivo no depende, ni mucho menos, del sol.

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