La idea era “poner el rídiculo al aire y lo que haga falta para hacer reír”, pero si uno pasaba ayer a las siete por la plaza de Daoíz y Velarde y escuchaba las explicaciones del monitor Pablo García comprobaría que la docena de niños a los que mandaba hacer de leones, profesores o serpientes venía ya de casa con la carcajada puesta.

La actividad de “risoterapia” organizada por la Red de Centros Sociales de Oviedo se enmarca dentro del “Programa de actividades al aire libre en verano” y pretende promover técnicas que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés. Ayer, en la primera jornada de este programa que se repetirá en siete ocasiones más –la próxima el 12 de julio en la plaza de la Araña– los protagonistas fueron los niños, que cambiaron la playa por tres horas de risas al aire libre.

Media hora antes del inicio de la actividad, en el Fontán ya se respiraba un ambiente veraniego y familiar. Los niños corrían, gritaban y jugaban. Era la antesala de lo que sería una tarde llena de carcajadas. El programa de la “risoterapia” enlaza con la tradición de reunirse en las plazas para compartir y divertirse en grupo, explican los organizadores. A este reclamo muchos padres no dudaron en acercarse ayer a la conocida plaza vecina del Fontán para que sus hijos disfrutasen, se divirtieran y se relajaran. “Yo solo espero que mi hijo se ría mucho”, decía Angélica Chamorro.

La sesión comenzó puntualmente y, aunque reunir y organizar a los niños se hizo complicado en un principio, debido a su corta edad, enseguida se hicieron con la mecánica de la actividad. Imitaron animales, jugaron con las baldosas del suelo, hicieron carreras de relevos e, incluso, se atrevieron a “exigir” ellos mismos ciertos retos y bailes a los que querían enfrentarse, como si de un menú a la carta se tratase.

Mientras los niños de entre tres y cinco años se confundían al llevar a cabo ciertos movimientos por no entender las indicaciones que les proporcionaba el monitor, motivo este también de mayor risa, los mayores aprovechaban para tomar ventaja. Fueron un sinfín de juegos que mantuvieron entretenidos y entre carcajadas a casi veinte niños desde las seis y media hasta las nueve y media de la noche.

Los más pequeños de la casa fueron los protagonistas indiscutibles de la tarde de “risoterapia”, pero también sus padres y algunos jóvenes que paseaban por la zona se animaron a participar, buscando al niño que llevan dentro.

Además de las restantes sesiones de “risoterapia”, la programación al aire libre dependiente de los centros sociales, se extenderá durantes las mañanas y las tardes de julio y agosto en diferentes enclaves de Oviedo y con actividades muy diversas. Habrá globoflexia, pompas de jabón, bailes, animación clown, juegos tradiconales o gerontogimnasia. Toda la programación cuenta con entradas libres hasta agotar el aforo.