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Hacienda invertirá 13,7 millones en la reforma de la sede de la Agencia Tributaria

Las obras en la Delegación Especial de Oviedo, que implicarán el traslado de unos 300 funcionarios durante tres años, comenzarán en primavera

La sede de la Agencia Tributaria en Oviedo. | | MIKI LÓPEZ

El mensaje ya ha llegado a Madrid. Tras cuatro años de espera, el Ministerio de Hacienda ya ha recibido el visto bueno del Ayuntamiento para rehabilitar la sede de la Delegación Especial de la Agencia Tributaria y la licencia de obra no se demorará más. Fuentes oficiales del Ministerio han confirmado las conversaciones con el área de Urbanismo del Consistorio y anuncian que realizarán una reforma integral del edifico que alojó el convento de Santa Clara. El presupuesto base de las obras, explican desde el gabinete de la Agencia Tributaria, ascenderá hasta los 13,7 millones de euros. Con el permiso municipal en la mano, los planes del Ministerio de Hacienda pasan por licitar los trabajos a la vuelta del verano con la idea de poder comenzar en primavera. El calado de la rehabilitación obligará a desplazar a un cuerpo que ronda los 300 funcionarios y en la Agencia prevén que las obras se alarguen durante unos tres años. A día de hoy, apuntan desde el órgano del Ministerio, se están valorando varios posibles destinos para los trabajadores.

Se barajó la opción de que estos ocupasen el edificio de Consultas Externas del viejo HUCA, pero este extremo parece haberse alejado. Desde 2017, a la espera de obtener la licencia de obra, los funcionarios han estado estudiando distintas opciones para la reubicación del personal. Sobre la mesa han estado ideas como desplazarse a otro local de titularidad pública o alquilar un edificio. De elegir un espacio de la Administración serían varias las posibilidades: la Seguridad Social tiene un edificio sin uso en la plaza de la Escandalera, cerca de la actual sede de la Agencia Tributaria; además, el Estado es titular de otro inmueble infrautilizado en la plaza del Sol, que podría servir como solución transitoria.

La rehabilitación integral de la sede ovetense de la Agencia consistirá en la reparación y refuerzo de la estructura, numerosas intervenciones en el interior del inmueble y en su compartimentación, además de actuaciones en las fachadas y la cubierta. El edificio de la calle Progreso, reformado en 1960 por el arquitecto Ignacio Álvarez Castelao, se levanta sobre el antiguo convento de Santa Clara, del que solo sobrevive su portada. El edificio fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2006.

La reforma de la sede de la Agencia Tributaria lleva sobre la mesa desde el año 1994. El arquitecto ovetense Javier Calzadilla proyectó entonces una reforma que incrementaba una altura con una nueva planta acristalada. La reforma propuesta entonces incluía la puesta al día de la instalación eléctrica y el alumbrado. Los elementos históricos, el claustro y la fachada barrocos iban a ser sometidos a una limpieza y a una rehabilitación en profundidad. Este proyecto quedó aparcado en el año 2008 por falta de presupuesto para ejecutar unas obras que comportaban una inversión de unos diez millones de euros. Entonces, en Hacienda confiaban en que el dinero llegase en 2010, pero no lo hizo. La reforma integral quedó aparcada y se fueron ejecutando pequeñas rehabilitaciones, las más urgentes. Las primeras pasaron por rehabilitar la portada del antiguo convento, en 2011. Tras cinco meses de trabajos, se repusieron los sillares más deteriorados y se recuperó la imagen de Santa Clara. En 2017, al tiempo que se pedía la licencia para la rehabilitación actual, se reformó el patio del edificio. Entonces, el atasco en el área de licencias y las dificultades de actuar sobre un BIC retrasaron el proyecto. Desde el Ayuntamiento achacan al cambio en la gestión de las licencias de obra que Hacienda pueda ahora ejecutar la ansiada reforma de su sede.

La puerta a la historia del convento de Santa Clara

Del convento de Santa Clara solo queda su fachada barroca. El convento fue desamortizado a mediados del siglo XIX y en el XX sirvió de cuartel de asalto. Tras la Guerra Civil comenzó una campaña para derribar el convento. Corrían los años cincuenta y los partidarios de la demolición esgrimían que el edificio era un nido de ratas. Se especuló con convertirlo en sede de la Facultad de Química, pero quedó en el aire. Entonces, los miembros de la tertulia que se reunía en torno al catedrático y padre de la historiografía moderna asturiana, Juan Uría, alzaron la voz en defensa del convento de las Clarisas y se les bautizó como “Los Clarisos”. Finalmente, el arquitecto Ignacio Álvarez Castelao se hizo cargo de la remodelación, manteniendo algunos elementos y preservando la memoria del convento de Santa Clara.

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