Resulta fácil descifrar la devoción mutua que se profesan “Los Estanques” y “Derby Motoreta’s Burrito Kachimba”, las dos bandas que ayer sacudieron el ciclo “Tiempos Nuevos” con un vigoroso concierto doble. Pese a moverse en coordenadas diferentes, las dos formaciones destilan la misma vocación por lograr un sonido profundo y trascendente, y por alcanzar una comunión perdurable con su público. Combaten hombro con hombro en una misma trinchera. Por eso, su confluencia en un escenario, como sucedió ayer en Oviedo, es una celebración para los adeptos al rock.

“Los Estanques”, rendidos al público del Filarmónica tras su concierto de ayer. |

El Edificio Histórico de la Universidad, escenario habitual del ciclo, cedió el testigo al teatro Filarmónica debido a una climatología más propia del otoño que de finales de julio. El cambio tuvo pros y contras, pero la expectación fue la misma: se esperaba que “Los Estanques” y los “Motoreta’s” atestasen la Universidad, y eso mismo hicieron en el teatro, lleno hasta la quijada de seguidores entusiastas, que se fueron animando a medida que avanzaba el show. Saltaron primero al escenario “Los Estanques”, cuarteto con sabor a rock clásico, a banda caleyera de las de toda la vida. Su naturalidad sobre el escenario y un desparpajo que traen de fábrica convirtió el concierto en una fiesta, en una celebración lúdica, pero su música es cosa seria. Canción a canción, la banda cántabra (aunque afincada en Madrid) fue armando un concierto rotundo, siempre a pecho descubierto. Su vocalista, Íñigo Bregel, lo dejó claro de primeras, al salir al escenario en gayumbos tras cambiar, antes del concierto, los pantalones por un pañuelo con el que embridaba las greñas. “Le avisé que salía perdiendo”, aseguró. Para cuando Bregel aclaró la situación, el cuarteto ya había calentado al público con temas muy líricos como “Partiré hacia el sol”, que iba alternando con piezas más rotundas, como “¡Joder!”.

A cada nuevo tema, la banda se sentía más cómoda en el vetusto escenario del Filarmónica. No les importaba parar el concierto para hacer arreglos de sonido, promocionar y hasta invitar al escenario a sus amigos los “Motoreta’s”, e interpelar continuamente al público ovetense, entregado a la causa. El cierre del concierto, con “Nací santo” y la aparición estelar de Anni B Sweet para interpretar junto al grupo “Soy español, pero tengo un Kebab”, redondeó un gran concierto.

La segunda parte de la función, reservada para “Derby Motoreta’s Burrito Kachimba”, comenzó también con fuerza, aunque sus armas eran distintas. La naturalidad y el descaro de “Los Estanques” se tornaba en el caso de los andaluces en una propuesta escénica muy trabajada. Desde las primeras canciones se percibía una componente ritual en el concierto. Lejos de otras propuestas de rock aflamencado, la de los “Motoreta’s” es una propuesta más radical, más profunda. En su música hay fusión y síntesis de varios estilos, pero pervive una poderosa base cultural, casi se diría que una sublimación del cante jondo. Ya desde “The New Gizz”, que abrió el concierto, se percibió todo ese bagaje que emerge en sus canciones, una sensación consolidada acto seguido con “Caño cojo”.

Solo tras ese poderoso arranque, Dandy Piranha, el vocalista de la banda, paró un momento el concierto para agradecer al público su fidelidad, incluso en tiempos tan complicados, y para anticipar un próximo retorno a los conciertos de toda la vida. El territorio natural para dos auténticas bandas rockeras como “Los Estanques” y “Derby Motoreta’s Burrito Kachimba”.