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Luz verde para convertir San Lázaro en la nueva puerta sur de Oviedo

La zona de Armando Collar, paralizada desde 2011, se reactiva con un proyecto urbanístico de 200 nuevas viviendas y un gran local municipal

Detalle de la zona de Armando Collar, en San Lázaro

Hace décadas que en San Lázaro hay escaleras que se hunden en la maleza y aceras que no llevan a ningún sitio. Hoy, Oviedo termina allí en vallas metálicas que impiden ver la selva al otro lado. El Ayuntamiento lleva diez años dándole vueltas al futuro de la calle Armando Collar, pero hacía falta un impulso. El arquitecto navarro Patxi Mangado vio en un barrio cercano al centro aunque lleno de necesidades una zona “atractiva” y dibujó dos rascacielos de color blanco. Ese proyecto, recientemente desbloqueado por el área de Urbanismo ha provocado un efecto dominó y el Sareb ha impulsado la reurbanización de uno de los ámbitos más enquistados del desarrollo de la ciudad. Dos rascacielos crecerán sobre la grava del antiguo instituto y 226 nuevas viviendas sobre lo que ahora es una selva. Con la operación del llamado “banco malo” la ciudad ganará una parcela de casi 2.000 metros cuadrados en los que en el Consistorio estudia levantar un edificio vinculado al Camino de Santiago. Todo con la idea en mente de convertir San Lázaro en la nueva puerta sur de Oviedo.

La operación urbanística también planea mejorar unos viales que, en algunas zonas, tienen aceras de menos de medio metro de ancho. Unas obras de reurbanización que acabarán uniéndose con las que se planean junto a las dos torres de unos setenta metros dibujadas por Patxi Mangado. La calle Monticu, que cambiará su cara completamente, acabará desembocando en una plaza ajardinada que se desarrollará al tiempo que los rascacielos en la misma parcela del antiguo instituto. Siguiendo ese trayecto, se llegará a una nueva rotonda que distribuirá el tráfico en la intersección de Monticu con San Lázaro.

Es probable que la parte que corresponde al Sareb se urbanice en una primera fase y, una vez arregladas carreteras y maleza, el banco venda los solares al calor de las obras de los rascacielos que, en Urbanismo, aseguran que tramitarán “con la máxima agilidad” con la idea de cerrar una de las heridas más antiguas del planeamiento municipal. Con el empuje de Mangado, el sur de la ciudad comenzará un periodo de renovación total. Los expedientes que llenaban los cajones de la concejalía están empezando a salir uno tras otro. En la última Junta de Gobierno se aprobó la creación de la junta de compensación que dará los primeros pasos con la reurbanización de una parcela en la parte alta de la calle, junto a la futura plaza ajardinada. Allí, un terreno de maleza rodeado por muros de ladrillo de color crema, se planea construir un nuevo edificio con otras dieciocho viviendas. San Lázaro renacerá, convirtiendo sus problemas históricos en nuevos locales comerciales y edificios.

Actualmente, tras diez años de parálisis con los planes especiales de Armando Collar, ya se ha aprobado el proyecto de urbanización de la zona más amplia y se están ejecutando las expropiaciones de las parcelas. En el Ayuntamiento esperan que el impulso al barrio anime a los promotores a urbanizar el descampado en el que, los últimos años, se celebraron las fiestas de San Lázaro y, así, acabar con esas aceras que terminan en ninguna parte. Las dos torres de Mangado también son unas viejas conocidas del barrio. De los rascacielos se lleva hablando desde 2008, pero la CUOTA desbloqueó el asunto el pasado mes de abril, tal y como adelantó entonces este periódico. El arquitecto navarro anunció entonces que haría ciertas modificaciones sobre su plan inicial. En principio, el solar del viejo instituto sumará 180 viviendas, instalaciones deportivas como piscinas o gimnasios, un geriátrico, equipamientos comerciales y, en su bajo, un gran centro social de 2.000 metros cuadrados. En total, el Ayuntamiento ganará 4.000 metros de locales en el barrio y, la nueva puerta sur de Oviedo, más de 400 viviendas.

El debate sobre el futuro de las torres de Patxi Mangado

Los vecinos de San Lázaro miran el solar del viejo instituto y no saben cómo encajarán dos torres con una altura máxima de cerca de setenta metros. Cuentan en el barrio que hay un debate entre quienes creen que revitalizarán la zona y quienes piensan que los rascacielos no encajarán en un lugar de edificios de una altura relativamente baja. Las torres de Mangado, que se estima que comporten una inversión superior a los 20 millones de euros, supondrán, de una forma u otra, un cambio radical en la zona. El Ayuntamiento ha aprobado su construcción y está decidido a impulsarla; el Principado ha dado su visto bueno y los promotores están dispuestos a pagar por las torres. Las obras en altura arrastrarán grandes cambios a nivel de calle con una nueva plaza ajardinada y una glorieta que distribuya el tráfico.

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