Los planes urbanísticos para el futuro de Oviedo quieren dibujar una frontera difusa entre la ciudad y la zona rural, para que los edificios se integren con las zonas verdes del municipio. La idea es que las alturas se vayan degradando a medida que se llega a los confines de la periferia y que, allí donde el suelo sigue siendo urbanizable, las nuevas viviendas se integren en el entorno, convirtiendo los bosques y praderas en parques naturales y sostenibles. El área dirigida por el teniente de Alcalde Nacho Cuesta quiere encargar una asistencia técnica que prepare un proyecto para el desarrollo a futuro de la ciudad.

El anterior responsable del servicio, el edil de Somos Ignacio del Páramo, tuvo la misma idea durante su mandato. La asistencia técnica que dibuje el “anillo verde” tendrá que desarrollarse en consonancia con las otras ideas que ya hay en marcha y que están desarrollando en estos momentos dos despachos de arquitectos.

La ciudad quedará, de ese modo, circunvalada por una ronda que integraría las sendas periurbanas ovetenses en un único itinerario peatonal, pero también transitable en bicicleta. Es un proyecto que tratará de promover la movilidad sostenible y la conservación y restauración de ecosistemas. Buena parte de la inversión necesaria para desarrollar el plan no tendría que salir de las arcas públicas, ya que el planeamiento municipal hará que los promotores tengan que urbanizar en base a los criterios del “anillo verde”.

El departamento de Urbanismo pretende encargar la asistencia técnica en cuanto se apruebe la partida presupuestaria necesaria para sufragarla. En la concejalía creen que el proyecto servirá para “poner en valor el patrimonio natural de la ciudad”.