El barrio de Buenavista y varias generaciones de ovetenses despidieron con emoción a José Manuel Orrego, que fue director del Buenavista I durante diez años y que antes había estado al frente del colegio del Cristo, un centro que se localizaba en la calle Julián Clavería, en el edificio donde ahora se encuentra la Escuela de Idiomas. Su dilatada carrera como docente y la profunda huella que dejó en sus alumnos hizo que en los Santos Apóstoles se dieran cita para el funeral de Orrego, fallecido el pasado domingo a los 81 años, personas de muy diversas edades, algunos de casi 60 años.

Natural de Jerez de los Caballeros, Badajoz, el fallecido deja mujer, María del Carmen dos hijos, José Manuel y Marcial, ambos también docentes, uno en la Fundación Vinjoy y el otro como director de La Milagrosa de Gijón, y tres nietos. Sus clases, dicen quienes lo recuerdan, eran amenas y divertidas. “Antes no había tantas especializaciones como ahora”, explica su hijo José Manuel, de ahí que Orrego haya impartido clases de disciplinas tan diversas como Música o Dibujo. También fraguó excelentes relaciones con los inspectores de Educación y el personal de los centros donde trabajó. Todo ese cariño lo recogió su familia durante el funeral, de ahí que su hijo José Manuel admitiese tener “sensaciones agridulces” días después del fallecimiento de su padre. El antiguo director del Buenavista I fue enterrado en Ujo, que precisamente había sido su primer destino como profesor, después de llegar a Asturias con solo 17 años animado por un familiar y conseguir plaza en la localidad mierense.