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Los vecinos exigen participar en el plan para restringir los coches en el centro

La oposición choca en su rechazo al proyecto del gobierno local: Somos lo considera insuficiente y Vox muy agresivo y precipitado

Un coche, circulando ayer por la calle Marqués de Santa Cruz, una de las que se verían afectadas por el plan de movilidad del Ayuntamiento. | Irma Collín

Los vecinos del centro de Oviedo quieren tener voz y voto en el proceso para definir las estrategias encaminadas a cumplir con la batería de demandas medioambientales que tienen que incorporarse al plan de movilidad antes del 2023. Una exigencia del Gobierno central que han de acatar todos aquellos municipios con más de 50.000 habitantes y ante la que el Ayuntamiento de Oviedo ya trabaja en un esbozo que pasa por crear una zona de bajas emisiones limitando el aparcamiento en una amplia zona que incluye el entorno del Campo San Francisco y el casco histórico, pero sin vetar el paso a los coches más contaminantes, tal y como avanzó ayer en exclusiva LA NUEVA ESPAÑA.

La presidenta de la asociación de vecinos del Fontán, Ana Isabel Álvarez Balbín, se muestra especialmente crítica con la forma de proceder del Ayuntamiento a la hora de poner en marcha iniciativas de gran calado para la ciudad, en este caso y en general. “Nos enteramos de todo por la prensa porque con las asociaciones que llevamos funcionando muchísimos años ni siquiera cuentan. La opinión sobre los grandes proyectos nos la solicita LA NUEVA ESPAÑA, no el Ayuntamiento”, critica Álvarez Balbín, que acto seguido entra ya en harina: “Muchos ciudadanos del Antiguo y del centro de Oviedo no están de acuerdo con las peatonalizaciones, sobre todo los comerciantes, que ya nos lo han trasladado en varias ocasiones”, señala.

La representante de los vecinos de la zona del Fontán va más allá en sus críticas hacia el Consistorio. “Funcionan y acoplan la normativa europea en función de sus prioridades y de la idea que tienen de ciudad. Tantas peatonalizaciones dan pie a que el equipo de Gobierno siga con su obsesión de colocar terrazas hosteleras en todas partes. En el plan que barajan se habla de actuar en zonas de Gascona o del Vasco, algo que me hace sospechar que van a tratar de volver a beneficiar a la hostelería a cualquier precio”, afirma Álvarez Balbín. “Lo que tienen que hacer es convocar de una vez los consejos de distrito y escuchar a los vecinos. A Nacho Cuesta –por el vicealcalde de Ciudadanos y concejal de Urbanismo e Infraestructuras– le recomendaría que en septiembre se sentase son las asociaciones y las tuviese en cuenta. Nadie sabe mejor de los problemas de una zona de la ciudad que los que viven en ella”, subraya.

Miguel Clemente, presidente del colectivo “Afectados por la movida” y muy implicado en los asuntos que atañen al centro de la ciudad, está de acuerdo con las peatonalizaciones, pero no a cualquier precio. “Siempre es bueno pensar en una ciudad para el peatón, pero también hay que tener en cuenta a los colectivos que trabajan con vehículos a la hora de peatonalizar o de limitar los accesos a algunas partes de la ciudad. No hay que olvidarse nunca de los taxistas, de los repartidores o de otros profesionales que se ganan la vida así”, señala.

“Estoy de acuerdo con la peatonalización de calles como Ramón y Cajal o Pozos pero, por ejemplo, no estoy muy convencido con la idea que tienen de ampliar las aceras en la Avenida de Galicia”, sostiene Clemente. “Lo que tienen que hacer es un estudio técnico exhaustivo para saber que repercusiones tendrían esas limitaciones en el tráfico y contar con la ciudadanía, que es lo que no se hace en la mayoría de las ocasiones”, subraya el presidente de “Afectados por la movida” en consonancia con Ana Isabel Álvarez Balbín.

El presidente del colectivo Oviedo Redondo, Manuel Velasco Almeida, también es de la misma opinión. “La participación ciudadana, en este y en otros temas, simplemente pasa por ser nula. No se nos consulta nada en ningún momento”, asegura. No obstante, la asociación la que representa está de acuerdo con hacer del centro un espacio para el peatón y libre de emisiones. “Oviedo Redondo siempre apostó por la peatonalización de espacios para los viandantes y por la limitación del tráfico rodado. Por otro lado, más que limitar el tránsito de unos u otros vehículos, que ya se limita en la fabricación, entendemos que la solución pasa por sacar los coches de la ciudad”, explica Velasco Almeida. “No adelanta nada ampliar espacios de aparcamiento en la zona centro y sí en la periferia. Comunicando las afueras con transporte público se conseguiría reducir el impacto ambiental, sonoro y de seguridad en la ciudad. El futuro está claro que pasa por esto”, recalca.

Transporte público

Rafael Fernández, el presidente del colectivo Asturies ConBici, la asociación que promueve el uso de la bicicleta en la región, tiene muy clara la receta para alcanzar los objetivos que marca la normativa que entrará en vigor en 2023. “La única manera de pacificar el tráfico es potenciar el transporte público y la red ciclable, que es lo que se está haciendo en toda Europa. Y para eso es imprescindible e irrenunciable restringir el uso del vehículo particular e ir retirando aparcamientos en superficie, le pese a quien le pese”, explica Rafael Fernández. “Además a los coches de gasolina y diesel ya les queda muy poco de vida. Ahora ya están entrando los eléctricos y dentro de poco lo hará el nitrógeno. La forma de cuidar la ciudad y el planeta es dejar el coche en casa”, subraya.

Desde la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies, en cambio, el esbozo de propuesta sobre el que trabaja el Gobierno local se mira con suspicacias: “El Ayuntamiento de Oviedo intenta trampear la norma de reducción de emisiones. Lo que pretende realmente es mantener el tráfico de los coches más contaminantes, cuya reducción es precisamente el objetivo de la norma”, sostiene Fructuoso Pontigo, portavoz de la entidad, que insta a las administraciones a “no dar la espalda a la realidad, porque eso es el cambio climático: una realidad”.

“Está claro que los coches más contaminantes tienen que ir reduciendo su presencia en las ciudades, y eso es lo que reclama la normativa: potenciar ayudas para la adquisición de coches nuevos, favorecer el transporte público y desarrollar aparcamientos en el extrarradio”, explica Pontigo. “Pero lo que pretenden hacer en Oviedo”, añade, “está muy lejos de lo que plantea la nueva normativa, y mucho nos tememos que no tenga encaje en ella. Porque no se puede sortear una normativa de una manera tan burda”.

Si algo ha logrado el proyecto municipal para cumplir con el plan de movilidad de 2023 ha sido remover a la oposición. Vox y Somos reaccionaron ayer al planteamiento del equipo de Gobierno desde coordenadas divergentes, unos reclamando una oposición a las directrices del Gobierno central, y los otros más implicación por parte del Gobierno local en cuestiones medioambientales.

“Oviedo no es una ciudad con grandes problemas de contaminación pero ya sabemos que el bipartito está rendido a la agenda progre 2030”, señala al respecto Cristina Coto, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Oviedo. “No entendemos las prisas una vez que la normativa ni siquiera está desarrollada pero nos preocupa el daño a los propietarios de coches viejos que no tienen medios para adquirir otro, y el daño evidente que se va a hacer al comercio ovetense”, añade la edil, que achaca directamente al concejal de Infraestructuras, Nacho Cuesta (Ciudadanos) la naturaleza de la propuesta. “Que Ignacio Cuesta nos remita a usar la bicicleta en una ciudad como Oviedo es una más de sus habituales boutades”, señala Coto.

En cambio, para Ignacio Fernández del Páramo, de Somos Oviedo, la propuesta demuestra “la falta de ambición del PP y Cs que, al asignar casi exclusivamente las zonas peatonales actualmente existentes del casco histórico, pretenden engañar a la ciudadanía y al ministerio y demuestran la falta de ambición e implicación en la lucha contra el cambio climático”.

Del Páramo afea al bipartito que “nada más llegar al gobierno paralizaron los proyectos de peatonalizaciones en el entorno del Campo San Francisco, que incluían la de la calle Fruela y Pozos”, entre otras iniciativas en favor de una movilidad sostenible del anterior tripartito. “En la principal actuación para reducir las emisiones contaminantes, que es lo que pretende la ley de cambio climático creando un centro de bajas emisiones, han hecho todo lo posible para precisamente eliminar el proyecto y sustituirlo por uno que no reduzca la contaminación”, sostiene Del Páramo.

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