La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

“Parece una selva”, claman los vecinos de La Manjoya, que denuncian el abandono del barrio

Los residentes aseguran que su urbanización se ha convertido en el “Bronx” de la ciudad por el “olvido” de las administraciones

Una de las zonas de La Manjoya sin desbrozar. Irma Collín

“Solo queremos que La Manjoya no parezca una zona selvática”. Esta es la reclamación principal de la Asociación de Vecinos “Llamaoscura-Pereda”, formada por los residentes en la urbanización de La Manjoya. Un colectivo que lleva años pidiendo al Ayuntamiento de Oviedo que ofrezca soluciones para que “este barrio sea habitable” y que han llegado ya a una situación dramática ante un deterioro que hace “imposible” la habitabilidad.

“Solo pedimos servicios básicos, ni siquiera tenemos un centro de salud en condiciones”, afirma Silvia García, presidenta de la asociación vecinal. El ambulatorio cerró hace años y el anterior gobierno tripartito, el formado por PSOE, IU y Somos, desplazó una caseta de obra para que los vecinos pudieran pasar consulta allí, como una solución rápida que, decían, “no se mantendría en el tiempo”. Sin embargo, la caseta sigue siendo el único servicio sanitario de la zona. Esta situación hace que muchos de los vecinos tengan que desplazarse hasta el centro de salud más cercano, el del barrio de Otero.

Desde la asociación exigen la resolución de una lista de problemas con los que la parroquia lleva lidiando desde que en 2004 el gobierno de Gabino de Lorenzo creó la urbanización de La Manjoya. El objetivo municipal era que la zona fuera como “el parque de El Retiro de Madrid”. En esa época, muchas parejas jóvenes decidieron comprar los pisos de nueva construcción, pero tres lustros después la situación de la zona dista mucho de ser el idílico y emergente barrio que les vendieron. Los vecinos conviven con solares abandonados llenos de maleza en los que los jabalíes y las ratas pasean a sus anchas.

El actual regidor, Alfredo Canteli, aseguró antes de las elecciones de 2019 que el área tendría una solución si salía elegido, pero los vecinos aseguran que, dos años después de la victoria electoral del PP, la situación en la zona es la misma.

“Una imagen vale más que mil palabras. Invitamos al Alcalde a que venga y compruebe con sus propios ojos cómo es la verdadera situación del barrio”, señala Silvia García. Hace diez días la asociación mandó una carta a Alfredo Canteli para mostrarle al alcalde la situación. De momento, no se ha concretado una fecha para esa visita.

Parte de los destrozos del último incendio.

Con sus 1.500 habitantes, el barrio periférico tiene una población análoga al concejo de Caso, pero los servicios de la zona no están a la altura de su volumen de residentes. Los vecinos se quejan de una “situación desesperante”, en la que incluso ir en coche es “una aventura”. La travesía en automóvil es una ardua tarea por el argayo de una de las carreteras que conducen a la urbanización. “Alguien que no conozca el camino y las condiciones en las que se encuentra puede sufrir un accidente. Esto no es ningún chiste, no podemos seguir así”, asegura Silvia García.

Además de los inconvenientes que supone el mal estado de la carretera, los vecinos alertan de la moda del “cruising”, una práctica que consiste en encuentros sexuales entre desconocidos en la vía pública, que se ha extendido por la zona y que “no entiende de horarios”. “Puedes ir paseando tranquilamente por el parque con tus hijos y encontrarte situaciones que los pequeños no deberían ver. Hemos visto condones, compresas... todo está asqueroso”, sostiene García.

El secretario de la organización vecinal, Eduardo Arnáez, explica que sus quejas “no entienden de colores políticos” y que lo único que piden son “cosas básicas y el mantenimiento necesario para que el barrio no parezca el Bronx ovetense”. Arnáez asegura haber hablado con el Ayuntamiento, pero las respuestas son “vagas”, como si “la dejadez política fuera algo rutinario”. Los partidos políticos de la oposición Somos y Vox han pedido a la Alcaldía que solucione un problema que “perjudica gravemente a los ovetenses”, pero desde el gobierno municipal aún no se ha acometido ninguna intervención.

Otro de los problemas más perjudiciales para la parroquia son los solares diseñados para convertirse en la fase dos de Llamaoscura –una ampliación que nunca se completó–, que se han convertido en zonas proclives a los incendios. El último se registró el pasado mes de julio, algo que enfadó y desesperó a los vecinos, debido a la “despreocupación” con la que las autoridades municipales trataron el asunto. “Si llega a incendiarse el solar que está al lado del aparcamiento y los coches también arden, hubiera sido muy peligroso”, asegura Arnáez.

Compartir el artículo

stats