Música y actividades tecnológicas de última generación. El solar de la antigua fábrica de armas de La Vega abre para los ovetenses el próximo fin de semana con motivo del festival Link. Una cita de ocio alternativo, tecnológico y de realidad virtual, una referencia del sector en el norte de España y con entrada gratuita. Será el broche a las actividades veraniegas y el tercero de los festivales temáticas en la ciudad, las últimas semanas después del Cafca, de ocio familiar, y de la música del Vesu.
El festival Link ofrecerá desde el próximo viernes y hasta el domingo una variedad de actividades gratuitas, aunque con aforo limitado, para redescubrir la cultura y la tecnología. Con dos conciertos cada día, el ciclo no solo quiere poner un buen cierre a un verano marcado por la música, sino además añade el objetivo de ofrecer a los ciudadanos experiencias de realidad virtual.
Para ello, el circuito de experiencias culturales cuenta con tres actividades en las que el público podrá indagar en la realidad virtual. Con una duración de diez minutos, “The Jellyfish” es una de estas opciones. La experiencia de realidad virtual, en este caso interactiva, es el nuevo trabajo colaborativo de Mélodie Mousset y Edo Fouilloux. Con su nuevo proyecto, invitan a los espectadores a sumergirse en las profundas aguas de su mente, con un juego interactivo en el que lo más importante es el paisaje sonoro. Los visitantes se encontrarán con especies marinas, sobre todo medusas, que hacen señas a los participantes para que canten a través de ellas, y así controlarlas con el tono y la intensidad de la voz.
“I will sleep when I’m dead” es otra de las experiencias que el festival ofrece al público. El título, en referencia a una canción de Bon Jovi, es una inmersión en el cerebro a través de la realidad virtual, una idea creada por Jeanne Susplugas, fotógrafo y artista que decidió experimentar con esta tecnología. En El participante se perderá en un laberinto infinito mientras se cruza con “pensamientos” materializados por dibujos y pictogramas. La aventura se resume en vivir al máximo los viajes mentales, en un cara a cara íntimo y psicoanalítico que le hará vivir una experiencia intensa y única.
La guinda de estas vivencias tecnológicas será “Mirror, the signal”, elaborada por Pierre Zandrowincz. “Mirror” es un viaje a otro planeta a través de un paisaje emocional de una mujer que ha vivido una tragedia. El público se adentrará en la historia de la protagonista a través de sus recuerdos más traumáticos para intentar comprender su experiencia y su soledad. Claris, la protagonista de este viaje psicodélico y lúgubre, es enviada a un planeta desconocido en el que buscará la forma de volver a ponerse en contacto con sus compañeros de viaje, pero mientras descubre cómo hacerlo, el planeta le empezará a mandar señales que la joven exobiológa intentará entender por todos los medios.
El objetivo que quieren conseguir desde la Fundación Municipal de Cultura es que Link se consolide como “la cita del ocio alternativo y tecnológico del norte de España”. José Luis Costillas, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, afirma que el nuevo festival de La Vega es el “mejor broche final a un verano cargado de actividades culturales” y anima a los ovetenses y “a todo el que quiera acercarse a disfrutar de un fin de semana de experiencias insólitas y gratuitas”.
Además de realidad virtual, el nuevo festival de La Vega acogerá conciertos de artistas nacionales e internacionales. Los géneros más destacados de este ciclo musical son la música experimental y los ritmos más modernos, con mezclas nunca antes escuchadas, entre lo folclore y lo futurista, como los sonidos de “Baiuca”, el productor gallego que abrirá las actuaciones del sábado 28. El día anterior, abriendo cartel, se subirá a las tablas el inglés Kai Whinston y la británico-canadiense “BABii”.
El último día, como cierre, el escenario se vestirá de ritmos sureños americanos y punk con el trío asturiano “Las Malvinas”.
Durante el último fin de semana de agosto la Fábrica de Armas se hará eco de la cultura en la ciudad, como al principio del verano, pero esta vez como despedida de una de las épocas estivales más animadas de Oviedo, algo que este año los ciudadanos necesitaban para olvidar la pandemia de salud y cambiarla por una pandemia cultural.
