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Los niños desvelan el secreto del Campo San Francisco en Oviedo

Un “escape park” lleno de enigmas, códigos y diversión en el pulmón de Oviedo: “No sabemos con qué nos vamos a encontrar”

Laura Mateo, monitora de la actividad, explica una de las pruebas del “escape park”. | Luisma Murias

Los escape room se han convertido en un plan al que pocos pueden resistirse. Nicolás y Pelayo Sánchez, dos hermanos ovetenses, no iban a ser menos. Ambos apuestan por una actividad de escape que rompe moldes, pues se lleva a cabo al aire libre y en uno de los enclaves más emblemáticos de Oviedo: el Campo de San Francisco. “No sabemos con qué nos vamos a encontrar, pero seguro que nos lo pasaremos bien”, explican los pequeños. La diversión estaba asegurada en el último escape park del programa municipal de actividades al aire libre.

San Francisco de Asís, su viaje a los mandos de la embarcación Santa María y un tesoro escondido se convirtieron en el hilo conductor de un rompecabezas que entretuvo a los niños durante más de una hora. Divididos en dos grupos y con nombres muy oportunos e ingeniosos, “Los Santa María” y “Los cazatesoros”, se encontraron con varias preguntas que debían discurrir para obtener la respuesta que les permitiría avanzar en el juego.

El objetivo era obtener códigos compuestos por animales y números que pudiesen plasmarse en un rosco de resolución que les allanaría el camino de obstáculos que tenían que superar antes de descubrir un secreto muy bien guardado. El cronómetro se activaba cada vez que un nuevo acertijo entraba en el juego, logrando que los más pequeños perdiesen los nervios y casi se vislumbrase el humo saliendo de sus cabezas. Una estampa digna de película. “Vienen con unas ganas irrefrenables”, cuenta Laura Mateo, monitora del escape park.

No es casualidad que la actividad se lleve a cabo en el Campo de San Francisco. El pulmón de Oviedo fue, en el siglo XIII, el jardín de un monasterio franciscano, convirtiéndose en el lugar ideal para realizar esta escape park. Se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, lo que atrae a muchos padres que buscan ampliar los conocimientos de sus hijos sobre la capital del Principado. “Soy de Oviedo, pero vivimos en Madrid, así que buscaba que mi hijo conociese la historia del Campo”, afirma Miriam Pedregal. Diversión y educación forman la combinación perfecta.

Mientras Nicolás y Pelayo Sánchez discuten por ver si superarán o no la prueba, Laura Mateo, monitora, explica que, aunque a los más pequeños les cuesta más entender la mecánica, siempre intenta crear grupos heterogéneos para que juntos puedan llegar al final sin que nadie se quede atrás. La competitividad es necesaria, pero en su justa medida. Niños de todas las edades tienen cabida en una actividad de escape que ha completado su aforo en todas sus sesiones.

El atractivo del escape park es innegable, pues ha sido una de las propuestas más demandadas del programa de actividades veraniegas que han organizado los Centros Sociales de Oviedo y el Ayuntamiento. Todo un éxito.

No solo ha recibido a niños asturianos, también algunos turistas han querido aparcar sus paseos y visitas guiadas para que sus hijos pasen una tarde divertida, hagan amigos e intenten “escapar” de uno de lugares más concurridos de Oviedo.

Decenas de familias se han llevado un recuerdo diferente de una tarde de verano en la capital asturiana. A muchos les mueve el mismo propósito que a Paula Ferreira, que está pasando unos días en Oviedo y vive a caballo entre Guadalajara y Madrid: “Como este año el tiempo no suele acompañar mucho, tenemos que buscar iniciativas lúdicas para los niños”, comenta. El escape park ha pisado fuerte en un verano al que aún le falta normalidad.

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