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María José Suárez Mezzosoprano, actúa el viernes en el Auditorio

“Tienen que acabar ya con la limitación de aforos, hay un agravio hacia la cultura”

“El bolero, el tango y el cuplé nunca se pasan, la moda no les hace mella porque nos acompañan en el amor y el desamor”

María José Suárez, en un concierto en el Auditorio.

La mezzosoprano María José Suárez retornará este viernes al Auditorio Príncipe Felipe (20.00 horas) para protagonizar un concierto muy especial: “Volver, la música que cantaban nuestros padres y abuelos”. Las entradas cuestan 8 euros y se pueden adquirir en este enlace.

–¿Qué se va a encontrar el público que acuda al Auditorio? ¿Qué repertorio va a presentar?

–Va a ser un repertorio con boleros y cuplés. Como bien dice el título, se trata de música española de las épocas de nuestros abuelos y nuestros padres. También habrá algo de revista.

–¿Hasta qué punto mantiene su vigencia este repertorio?

–A mí me pasa que me gusta mucho, y además tiene el aliciente de que no es un repertorio fácil, porque las mujeres que cantaban estos temas en aquellos años tenían voces diferentes a las actuales, es un reto. Pero como decía, para mí es una manera de acercarme a la gente mayor a través de la música que escuchaban y que les gustaba, aunque también a gente de mediana edad y, espero, también a gente joven, que se encuentra cada vez más próxima a esta música. Porque hablamos de unas canciones bonitas, agradables, también divertidas como pasa con algunos clásicos de la revista. Es música que nunca se pasan la moda no hace mella en ella.

–Pero da la sensación de que muchas de estas canciones, como la propia “Volver” que da título al concierto, forman parte de una memoria colectiva, ¿no?

–Efectivamente. La gente más joven puede que las desconozca, pero todos los que tienen ya veintipico de años probablemente las hayan oído en su casa, incluso en boca de su madre. Quizás no “La violetera” o a Sarita Montiel, pero hay otros cuplés que se oyen mucho como “Las tardes del Ritz”. No es que salgan en la tele, pero es que ahora tampoco emiten demasiada música.

–Habla de “La violetera” y Sara Montiel. ¿Ayudó mucho el cine a la difusión de este tipo de música?

–Mucho. El cine, por suerte, perdura con los años. Por ejemplo, en “Hable con ella”, de Almodóvar, tenemos a Caetano Veloso cantando “Cucurrucucú paloma”. O en otra de Almodóvar, “Volver”, Estrella Morente canta el tango de Gardel. Eso perdura, aunque la canción sea mucho más antigua. El cine es un registro valiosísimo para todo este repertorio, ayuda muchísimo a su conservación. Ahora vas a o Youtube y lo encuentras todo.

–¿Sabía que Kirk Douglas interpreta “Cucurrucucú paloma”, en español, en una película, “El último atardecer”?

–¡No! Y además en español, no tenía ni idea. Es una canción preciosa, de la que hay muchas versiones, algunas muy buenas. Es precisamente por esto por lo que quería hacer este concierto: para recorrer las canciones que nos han enamorado, y también las que hemos escuchado cuando hemos pasado por el desamor, las que te ayudan a llorar tranquilamente, porque quién las escribió sentía lo mismo que tú. Y luego esas otras canciones que nos han ayudado a pasar ratos estupendos, como las de la revista, que tiraban de picardía para decir cosas que en su momento no se podía decir. Ese es el recorrido que yo pretendo hacer, y que está dirigido a toda esa gente que tiene alma de bolero, de copla y de tango. Que yo creo que no hay nadie que no lo tenga.

–Lo presenta además en su ciudad, en Oviedo. ¿Qué supone para usted interpretar este repertorio en el Auditorio?

–Actuar en Oviedo siempre es especial. Es mi ciudad, aunque estuve ausente muchos años. Tengo una relación estrecha con el público, y me hace mucha ilusión, porque además creo que en Oviedo hay un movimiento cultural ejemplar, y hablo a nivel de España. Te pones a mirar y hay de todo. Y ya no digo solo en relación a la clásica y la lírica. Cada vez hay más actividad cultural y, en lo musical, cada vez tenemos más diversidad, sin abandonar por ello lo que yo creo que es un motor imprescindible en Oviedo, que es su música clásica. También por eso es especial poder actuar aquí, y traer un repertorio magnífico y exigente como éste.

–Lo comentaba usted antes, ¿de dónde viene esa exigencia? ¿Cuál es la diferencia entre su estilo y el de aquellas cantantes?

–Ahora tenemos las voces impostadas, mientras que ellas cantaban de una forma más natural. Les salía como les sale a los flamencos, y tenían la garganta hecha a este tipo de interpretación. Yo tengo que ir acercándome a lo que hacían ellas, pero sin olvidarme de que mi voz está educada de una manera particular. Se trata de dejar un poco el lirismo, pero seguir utilizando mi técnica.

–Hablamos de figuras como La Chelito o Sara Montiel. ¿Cuál sería su referente?

–Lilián de Celis, que además es asturiana y vive. Me encantaría conocerla. Me gusta por su estilo y su forma de ser. También gusta muchísimo Sara Montiel, y la gracia para el cuplé de Olga Ramos no creo que la haya tenido nadie. Pero si hay un referente para mí, ese es Lilián de Celis.

–¿En qué más la veremos esta temporada?

–Hay cosas que no puedo anticipar, pero estaré en el Palau de Les Arts de Valencia con “Doña Francisquita”; en el teatro de la Zarzuela con “Don Gil de Alcalá”, con dirección escénica de Emilio Sagi; y volveré al Festival de Teatro Lírico de Oviedo.

–¿Será ésta la temporada de la recuperación?

–Tengo una cosa clarísima: el aforo permitido tendría que estar ya al 100%. No puede ser que en los aviones, los trenes y los autobuses no haya límite y luego en el teatro nos encontremos un aforo al 60%. O que en los campos de fútbol se pueda estar de pie y sin mascarilla. No entiendo este agravio hacia la cultura. Si vas a un teatro, entras, te sientas, te dejas la mascarilla, nadie habla y al terminar sales y se acabó. No veo qué problema hay. Tenemos que recuperar el 100% de los aforos en el sector cultural, o por lo menos el 90%.

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