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Dos informes contradictorios bloquean la descontaminación de la Fábrica de Gas

La Consejería de Medio Ambiente urge a limpiar los suelos del recinto por “riesgos para la salud” y Cultura pide más datos para autorizar los derribos

Entrada a la Fábrica de Gas desde la calle Paraíso. | Luisma Murias

Las negociaciones entre el Ayuntamiento y EDP, propietaria de la Fábrica de Gas, se encuentran en punto muerto y la descontaminación del viejo recinto fabril ha vuelto a la casilla de salida. Un nuevo informe de la consejería de Medio Ambiente urge al Consistorio a otorgar licencia a la empresa “a la mayor brevedad por los riesgos que comportan las sustancias identificadas en el emplazamiento sobre la salud humana y el medio ambiente”. Este nuevo apremio choca frontalmente con la última comunicación del Principado sobre el asunto. Cultura, en febrero de este año, pidió paralizar cualquier tipo de licencia que comportase derribos hasta conocer los planes de futuro para la vieja fábrica. Solo con la hoja de ruta y la garantía de que se conservasen los elementos protegidos daría su visto bueno a las demoliciones.

EDP lleva pidiendo desde septiembre de 2016 que le dejen descontaminar la vieja fábrica pero, por el momento, no lo ha conseguido. Ese mismo año, los técnicos municipales informaron el 4 de noviembre de que en los terrenos del recinto fabril había hidrocarburos filtrados tanto al subsuelo como a las aguas subterráneas a unos niveles por encima de los parámetros permitidos. Estas sustancias comportan unos riesgos de los que ahora vuelve a alertar la Consejería. El expediente de la Fábrica de Gas, que entonces no estaba digitalizado, entró el 5 de octubre de ese año en el despacho del entonces concejal de Urbanismo, Ignacio del Páramo. De allí no salió hasta abril de 2018.

Sobre la Fábrica de Gas vuelan dos fuerzas que empujan en sentidos contrarios. El valor patrimonial del recinto y los suelos contaminados. EDP, ante la amenaza de sanciones por no acometer la descontaminación, exige llevar a cabo los trabajos cuanto antes. El Ayuntamiento, por su parte, se encuentra en una encrucijada. Con dos informes contradictorios en la mano tendrá que hacer prevalecer uno de ellos. El área de Urbanismo municipal, tras un trámite de “urgencia” ya ha dado su visto bueno a la descontaminación, pero la normativa le obliga a dirigirse a Cultura, donde dieron el alto al proyecto. Con Patrimonio también se posicionó Infraestructuras, que opina que antes de descontaminar, la empresa debe presentar un proyecto completo de urbanización.

Para la reordenación del viejo recinto fabril hay un Plan Especial aprobado desde 2012. Este dio al Consistorio una parte de la Fábrica, así como la titularidad de las zonas verdes y los viarios. El anterior equipo de gobierno quiso comprar el recinto en su conjunto. El actual, en cambio, ha mostrado interés en los terrenos y, en especial, en la Popular Ovetense.

La nave que da al Postigo es la principal causa de la discordia entre órganos y administraciones. El Urbanismo vigente solo exige conservar su fachada y plantea la construcción de un bloque de viviendas sobre su portada. Cultura, el tejido social defensor del Patrimonio y el área de Urbanismo municipal consideran que la protección debería extenderse a la totalidad de la nave. Esa previsión de edificabilidad es uno de los escollos para los planes iniciales del gobierno. Como administración no podrían comprar la Fábrica y convertir ese espacio en un local con usos culturales como tenían en mente, ya que se les podría achacar que están reduciendo el valor de su patrimonio. Para llevar a cabo su plan deberían modificar el planeamiento, tal y como aconseja Cultura. Medio Ambiente, en cambio, no parece estar dispuesto a dar tiempo suficiente y recuerda los peligros de las sustancias filtradas al subsuelo.

La obligada descontaminación de los terrenos plantea dificultades para la conservación de la nave. Descontaminar sin demoler es más caro que hacerlo conservando su estructura. EDP ante unas negociaciones siempre enquistadas se decanta por ceñirse a la legalidad vigente. Ahora cuatro órganos de la administración y la empresa deberán encontrar una solución.

El Ayuntamiento continúa barajando opciones para el futuro del viejo recinto fabril

Del primer intento de compra de la Fábrica de Gas, cuando el anterior equipo de gobierno y EDP se intercambiaron una serie de correos, han pasado ya dos años. PP y Ciudadanos, desde su llegada al Ayuntamiento, lanzaron varias ideas de futuro para el recinto fabril: convertirlo en una sede de ensayos para la OFIL, un recinto cultural, un espacio empresarial e, incluso, se llegó a plantear una solución para salvar la nave de la Popular Ovetense, restaurándola con un cubo de cristal a modo de tejado. De aquello ha pasado más de medio año. Tras unos meses de silencio, EDP y el Consistorio se volvieron a poner en contacto y, aunque hay conversaciones, en la práctica todas acaban en punto muerto. Problemas urbanísticos, de criterio sobre el patrimonio, impedimentos legales y los informes contradictorios del Principado han llevado las negociaciones a varios callejones sin salida. La opción que podría solucionar todos los problemas sería la aparición de un nuevo actor. Una empresa se ha mostrado intersada en los terrenos, lo que podría resolver el problema. En el Ayuntamiento lo ven con buenos ojos, pero cualquier conversación está aún lejos de ser una realidad. A la descontaminación, a la que está obligada por ley la propietaria, debe seguir un proceso de catas durante los siguientes tres años para comprobar que no queda rastro de los hidrocarburos. Solo una vez que se cumpla el plazo se podrían colocar las primeras piedras de una restauración necesaria para dar una nueva vida a la vieja Fábrica de Gas.

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