La vista oral contra el acusado de apropiarse más de 50.000 euros de la caja del restaurante en el que trabajaba en la calle Gascona se saldó ayer con acuerdo. La defensa del acusado y los abogados de los propietarios del local llegaron a un punto de consenso. El hombre indemnizará a los propietarios con un pago de 4.000 euros y acepta seis meses de cárcel por el delito de apropiación indebida y el pago de una multa durante cinco meses, a cinco euros diarios (otros 750).

La Fiscalía solicitaba inicialmente penas de prisión de un año y ocho meses, multa de 1.920 euros, con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago e indemnizar al propietario del local con la cantidad que se acredite como apropiada indebidamente, más los intereses legales correspondientes.

Se trata, así, de un acuerdo muy ventajoso respecto de las peticiones que hacía inicialmente la Fiscalía. Desde el despacho de agobados del acusado explican que buena parte de la rebaja en las penas tiene que ver con las “dilaciones indebidas” que tuvieron lugar durante el proceso penal. Los hechos, según el escrito de Fiscalía, se habrían producido entre los años 2008 y 2009. Diferentes retrasos en el procedimiento judicial por causas ajenas al acusado y que no están justificadas pues, en palabras de los letrados se trataba de un caso “sencillo”, han propiciado dicha rebaja de la pena.

A la salida de la vista, salvo los abogados que mediaron con sus representados a la puerta de la sala, ninguna de las partes estaba especialmente conforme con el acuerdo. De todas formas, el juicio quedó visto para sentencia.

El Ministerio Público sostiene que el acusado desempeñó su actividad laboral como trabajador en el establecimiento del bulevar de la sidra entre junio de 2008 y noviembre de 2009, como encargado. Entre sus cometidos en el local se encontraban los de hacer los pedidos de mercancías, tratar con los proveedores, fijarlos horarios, hacer caja y guardar las recaudaciones, incluidas las de la máquina de tabaco y las de las máquinas recreativas del negocio. Esto le habría valido para enmascarar la apropiación indebida durante el tiempo que fue el hombre de confianza de la empresa hostelera.