La burocracia amenaza con enterrar el Antiguo. El edificio cuyo alero se desplomó ayer por la tarde entre las calles Mon y San Antonio debido al ruinoso estado de parte de la fachada y las fuertes lluvias de la mañana lleva más de dos años esperando por una licencia para una rehabilitación integral, tal y como pudo saber ayer este periódico.
Pese a que en las inmediaciones de este inmueble florecen los “agujeros negros urbanísticos” –propiedades abandonadas que han ido deteriorándose y acaban siendo un foco de suciedad y degradación para el barrio–, en este caso los dueños pidieron en julio de 2019 una licencia para una reforma integral del edificio. El Ayuntamiento tardó todavía un año, hasta mayo-junio de 2020, tras la subsanación de varios errores y otros modificaciones, en trasladar a la Consejería de Cultura el pertinente informe positivo para conceder la licencia. El Principado, por su parte, todavía no ha respondido.
Fuentes de la Dirección General de Patrimonio indicaron ayer que la redacción de un informe para la rehabilitación de un edificio “no implica en ningún caso que durante la tramitación de esa autorización la propiedad cese en su deber de conservación del mismo y en la obligación de tomar medidas ante situaciones de urgencia”.
No obstante, el Principado destaca que lleva meses aplicando medidas de reducción de la espera en la emisión de sus informes, con medidas como la aprobación de modificaciones legales para delegar determinadas autorizaciones en los ayuntamientos, y que quiere incluir medidas que afecten a los trámites de Patrimonio dentro de la Ley del Principado de Asturias de Medidas Administrativas Urgentes, actualmente en proceso de aprobación.
Por su parte, el área municipal de Urbanismo tenía previsto empezar de forma inmediata a arriostrar el edificio, fijando su estructura con bases de cemento, aunque los primeros informes señalan que estructuralmente no hay riesgo y que solo estaba dañado el alero que se desprendió.
El inmueble, de mediados del XIX, se encuentra situado en la zona de los Cuatro Cantones, el encuentro de las calles San Antonio, Santa Ana, Mon y Canóniga, una de las huellas más significativas del antiguo trazado medieval, frecuentada desde el siglo XIII por el gremio de los carniceros y por los miembros del Cabildo de la Catedral. El edificio ahora en peligro fue sede del almacén de chocolates propiedad de la familia Ojanguren y después alojó en sus bajos la tienda de arte sacro “La Victoria”. Justo en la esquina opuesta está el “martillo” de Santa Ana, otro solar en mal estado que ahora la Iglesia quiere convertir en un centro cultural.
Ante el problema general de edificios en mal estado y de derrumbes como el de ayer, el Ayuntamiento fía su estrategia al desarrollo del prometido plan especial del Antiguo. Fuentes del área que coordina Nacho Cuesta indicaron que para agilizar la redacción de este documento se contratará de forma urgente un estudio que diagnostique el punto de partida y dé indicaciones sobre las necesidades que tiene el casco histórico. Una vez que se disponga de ese diagnóstico, se empezará a redactar el plan especial. En paralelo, Urbanismo también confía en que la nueva unidad contratada para vigilar los solares abandonados e instar a las propiedades a su mantenimiento ayudará a vigilar los inmuebles en mal estado de la zona vieja. Se trata de reclamar a la propiedad que vigilen el estado de los inmuebles, y no se descarta imponer multas coercitivas para lograrlo.
Más allá de estas actuaciones, lo previsible es que el plan especial contemple ventajas fiscales y otro tipo de bonificaciones para incentivar la reforma de este tipo de inmuebles. Fuentes municipales también señalaron que el Ayuntamiento está tratando de propiciar, siempre que puede, las negociaciones entre propietarios y empresarios para poner en marcha nuevos negocios que ayuden a la regeneración del Oviedo Antiguo.
Canteli, ante la muralla: “Vamos a recuperar el Antiguo en este mandato”
En una jornada marcada por el reciente derrumbe del alero en la calle San Antonio, el equipo de gobierno pudo aproximarse también ayer al Antiguo de la rehabilitación. El Alcalde, Alfredo Canteli, y el concejal de Infraestructuras, Nacho Cuesta, visitaron las obras de recuperación de la muralla medieval de Paraíso, unos trabajos que ya se han completado en sus dos terceras partes, indicó el arquitecto José Ramón Fernández Molina, director del proyecto de recuperación.
Alfredo Canteli celebró la buena marcha de las tareas de limpieza y aprovechó para reafirmar su compromiso con el casco viejo. “La obra para recuperar este monumento olvidado por los ovetenses está avanzando a muy buen ritmo y su recuperación será un impulso importante para la recuperación del Oviedo Antiguo, que vamos a conseguir en este mandato”, declaró.
Nacho Cuesta señaló que la rehabilitación de la Muralla Medieval era “un compromiso de este mandato” que ya está “en el ecuador”. “Será un elemento patrimonial muy importante dentro del plan especial que vamos a poner en marcha en el Oviedo Antiguo con actuaciones de calado que conseguirán que el casco viejo de la ciudad recupere el esplendor perdido”, concluyó el teniente de alcalde.
