Con la reforma del Estatuto planeando sobre la Junta General, lanzado el debate sobre el refuerzo de la capitalidad de Oviedo y con la cooficialidad del asturiano en renglones destacados de la agenda del presidente Barbón, el Alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, da un paso al frente para defender los intereses de la ciudad que dirige desde hace ya dos años largos. En declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, considera la opción de la cooficialidad lingüística una “pérdida de tiempo”, que divide a la región y que desvía los esfuerzos institucionales. Cree el Alcalde que Oviedo tiene suficientemente asentada su capitalidad como para necesitar un refuerzo vía reforma estatutaria y que, de haberlo, únicamente lo entendería acompañado de una carga presupuestaria. Contrario a dar vuelo oficial al asturiano, muestra su cariño por el bable, como se refiere al habla de la región, y entrega todo su apoyo a la presidenta regional del PP, Teresa Mallada, en su negociación con el PSOE. A continuación, en síntesis, la posturas de Canteli asunto por asunto.
Pérdida de tiempo y dinero
“La cooficialidad no es un hoy un asunto trascendente para los asturianos y los ovetenses. Me gusta el bable y lo hablo a nivel popular, creo que hay que mantenerlo y protegerlo, pero hoy tenemos problemas mucho más graves como para perder tiempo y dinero con la cooficialidad, que busca implantar un asturiano normalizado que ni hablamos nosotros ni hablaban nuestros antepasados”
Renuncia al progreso
“Entrar en la guerra de identidades por la lengua es ir en contra de los intereses de los asturianos porque, en un mundo abierto, pensar en cerrar fronteras lingüísticas y generar los conflictos que ello conlleva es renunciar al progreso, al futuro”.
Inglés y chino para los jóvenes
“Quiero que nuestros jóvenes hablen asturiano recordando a sus padres pero que aprendan inglés o chino para que nos ayuden a generar el modelo de desarrollo que necesitamos para dejar de ser una región periférica de Europa y convertirnos en una plataforma de las nuevas industrias del futuro: la tecnológica, la biosanitaria y la cultura sin barreras lingüísticas”.
Oviedo, siempre capital
“Un mero reconocimiento de la capitalidad de Oviedo no es un avance; es la asunción de un error histórico de la izquierda asturiana. Oviedo siempre ha sido la capital de Asturias, aunque a la izquierda siempre le ha costado reconocerlo. Fuimos, somos y seremos la capital de esta región y para establecerlo no es necesario una reforma del Estatuto de Autonomía. Lo que necesitamos es un Estatuto que reconozca esa capitalidad, no sólo como una definición obvia sino con una carga política y presupuestaria que refuerce dicha capitalidad.
El error de Barbón
“Desde el respeto y empatía personal que siento hacia el presidente del Principado, quiero transmitirle que considero un grave error abrir este debate en unos momentos en los que lo que Asturias necesita es buscar consensos, acuerdos, esfuerzo en común en la misma dirección, pensando en el empleo, en la actividad económica y en los nuevos sectores económicos”.
Respaldo a Teresa Mallada
“Toda la negociación sobre la posible reforma del Estatuto de Autonomía la lleva el Grupo Popular de la Junta del Principado y, especialmente, su portavoz, Teresa Mallada. Ella cuenta con todo mi respaldo como alcalde de Oviedo y también con el del grupo municipal popular de la capital del Principado de Asturias”
Salto al precipicio
“El bable siempre ha sido una diversión política para la izquierda asturiana, pues el PSOE nunca se atrevió a dar el paso hacia el precipicio que ahora anuncia, aunque siempre haya estado ahí, jugando con el tema. Son excesos de la vieja política, propios de las épocas de abundancia. Ahora estamos en la etapa de vacas flacas: pensemos en nuestros jóvenes sin trabajo, en nuestros mayores en paro, en una sociedad con más pensionistas que gente en edad de generar riqueza...”
El bable normalizado no incentiva a las empresas
“Tenemos que buscar un acuerdo regional para sacar a Asturias de la cola de Europa y no generar nuevos enfrentamientos por hablar un bable normalizado que ni nos sirve para incentivar empresas de nuevas tecnologías ni para que nos entendamos mejor entre nosotros”
