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Nacio González Portavoz de la plataforma SOS Viejo Hospital

“En el Cristo ya no queremos ver más dibujinos de colores, queremos ver obra”

“Nuestra gente mayor tiene la misma dignidad que la del centro, si en septiembre no hay solución al centro social, volveremos a la calle”

Nacio González, en el parque del Truébano. | Fernando Rodríguez

Nacio González (Oviedo, 1972) nació en Vallobín pero llegó con un año al Cristo-Buenavista, cuando sus padres abrieron carnicería. Fundador de Podemos Asturias y alejado hoy del partido, Nacio sigue viviendo en la casa materna y militando en el barrio. En 2016 puso en marcha la plataforma SOS Viejo Hospital y hoy celebra cinco años de movilizaciones con algunos logros y muchas reivindicaciones pendientes.

–El colectivo nace a finales de agosto de 2016. ¿En qué contexto?

–Una crisis enorme, cierre de negocios por la marcha del hospital y un pesimismo enorme en el barrio. Pasabas de no tener que explicar de donde eras –“del hospital”– a ser de ningún sitio. Al principio decíamos la zona cero de Chernobyl, y lo que empezó como una broma... Acabaron rodando una serie de eso.

–Era un cierre anunciado.

–Es que se sabía hacía 15 años que el hospital marchaba. La falta de planificación fue tremenda. Luego, cuando empezamos las movilizaciones, los vieyinos nos decían que no nos iban a hacer ningún caso, había una tristura generalizada. Eso cambió. Ahora te paran por la calle y te preguntan qué programación viene al Truébano. Hubo un empoderamiento colectivo de la gente corriente y moliente. Porque esto no es una plataforma de activistas.

–¿La génesis de la plataforma tuvo algo que ver con plantear alternativas al modelo del asociacionismo vecinal clásico?

–Hasta el punto de que nunca nos legalizamos. No estuvimos en los distritos, ni antes ni ahora. Pero entendíamos que nuestro trabajo era otro, de estar en la calle y de presión. Y nadie nos quiso nunca, tampoco ahora.

–Con la paradoja de que usted tenía amistad en la parte morada del gobierno local.

–Y llevábamos maleza al Ayuntamiento y acampábamos allí. No constituimos una plataforma para ser simpáticos al poder, sino porque entendíamos que los políticos son cortoplacistas, como las luces del coche, y nosotros tenemos una idea de ciudad a largo plazo. Ellos están de paso, pero el movimiento vecinal seguirá ahí. Siempre estuvimos libres de ataduras.

–¿Balance?

–Parafraseando a Gramsci, el optimismo de la voluntad fue más grande que el pesimismo de la razón. Sabíamos a qué nos enfrentábamos, a gobernantes con poca voluntad y que quieren muy poco a la ciudad. Pero los pocos avances fueron desde que se constituyó SOS Viejo Hospital. Y todavía son insuficientes. Nuestra plataforma tiene fecha de caducidad, cuando se recupere el último metro cuadrado de los terrenos. Hace cinco años nos presentamos a la entrada del Truébano. Los vecinos no metían ni los perros a mexar. Pulgues, rates, aguarones... Y hoy es un referente de la lucha vecinal, hay gente comiendo, celebran cumpleaños. No es solo que hoy hay un parque, unos columpios, un anfiteatro. Hoy hay una calle abierta que atraviesa el hospital, carriles bicis, plazas de aparcamiento... Son cosas pequeñas, pero para nosotros, los que vivimos allí, y los que van a las facultades, es importante. Eso lo conseguimos nosotros.Y poner este problema en la agenda política.

–¿Y gracias al Principado más que al Ayuntamiento?

–El Ayuntamiento solo se encargó del mantenimiento. Con el Principado coincidimos con tres consejeros y con quien mejor nos entendimos fue con Fernando Lastra.

–¿En qué quedó el “mientras tanto” y el centro social provisional?

–Fue más fácil conseguir la vacuna del coronavirus que tener un centro social. Eso resume la actitud del Ayuntamiento con nosotros. Alfredo Canteli y Nacho Cuesta se comprometieron en Truébano a construir uno y seguimos sin saber nada.

–También se aprobó inicialmente el Plan Especial del Cristo. ¿Qué les parece?

–Recogieron gran parte de nuestras aportaciones. Una de ellas es que la mitad de la vivienda que se construya sea pública. Nuestra oposición al plan es que no creemos en los modelos de ciudad trasnochados de las grandes ciudades universitarias. Y en Truébano, por ejemplo, plantean un edificio. Pero esto va a ser como con los pantanos en Riaño. Van a tener que pasar por encima de los vecinos si quieren construir en Truébano. Truébano ye un símbolo de la lucha vecinal y no vamos a permitirlo. Pero el Plan sí recoge muchas propuestas nuestras.

–Va muy lento.

–La única explicación es la falta de voluntad política. Hay informes de hoja y media que tardan entre cuatro y cinco meses. Hay que empezar a tirar edificios y esa voluntad política se demuestra en los presupuestos. Por otra parte, lo que sí nos parece bien es que se haya sacado el tema de la Plaza de toros y se tramite aparte.

–¿Qué piensan del plan de la Plaza?

–Los vecinos ya no queremos ver más dibujinos de colores, queremos ver obra. Y de momento, lo único que veo es una cinta de plástico alrededor de la plaza, que la pusieron cuando salimos denunciando el estado en el que estaba. Todo lo que no sea cubrirla para meter 5.000 personas ye tirar el dinero.

–¿Programa para este año?

–Que avance la Plaza, dinero para el Plan del Cristo y el centro social. A nosotros nos vale cualquier cosa, los módulos del tripartito o el local que decía Canteli. Pero que esté cerca de Julián Clavería, porque uno de la zona alta tiene un kilómetro de cuesta para ir a leer el periódico al centro más próximo, el de Burriana. Y si no hay una solución en septiembre, volveremos a cortar la calle. La gente mayor nuestra tiene la misma dignidad que la gente del centro.

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