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Antonio Gamoneda Poeta, premio “Cervantes” en 2006, participa en la Noche Blanca

“La poesía llega a sus mejores y más altos límites al incorporarle la música”

“El rap y la improvisación me parecen un interesante camino inverso hacia la poesía, creo que es un fenómeno muy digno de ser cuidado”

Antonio Gamoneda, en una visita reciente a Oviedo. | IRMA COLLÍN

El poeta Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931), galardonado con el premio “Cervantes” en 2006, es uno de los grandes atractivos de la Noche Blanca de Oviedo, que se celebra mañana. El escritor protagoniza una velada poética y musical en la sala de cámara del Auditorio Príncipe Felipe a partir de las 21.30 horas. En la primera parte del acto, el propio Gamoneda leerá varios poemas de su extensa trayectoria. En la segunda parte, la cantante Cova Villegas y el dúo Delta Galgos (Gonzalo Ordás y Marcos Cachaldora) presentarán, con un concierto, el disco “Blues Castellano”, en el que musican poemas del propio Gamoneda. El poeta atendió ayer a LA NUEVA ESPAÑA para hablar de su participación en la Noche Blanca.

–¿Cómo se incorporó a esta iniciativa?

–Yo valoro mucho que en Oviedo, por decirlo de alguna manera, se institucionalice una noche, y si son muchas noches tanto mejor. Pero además, con este titulillo de las noches blancas se está haciendo otra ciudad, me parece. Creo que es estupendo que sea así, y en este caso, siendo en todos los sentidos tan próximo a mí, supone una celebración total.

–¿Cómo se enfrentó a esta nueva vida musical de sus poemas de “Blues Castellano”?

–Son poemas antiguos, hablamos de alrededor de cincuenta años. Que Covi Villegas y su grupo le hayan puesto música ha servido para recuperarlos un poquillo. Pero además valoro la presencia, verdaderamente importante, que a esos poemas les puede proporcionar la música. Salvo en estos quinientos años, más o menos, en los que Gutenberg y compañía han hecho a la poesía progresivamente más silenciosa, siempre ha sido básicamente oral. Y cuando esa oralidad, como ha ocurrido durante siglos, está acompañada por la música, pienso que es cuando el poema adquiere sus posibilidades mayores y su dimensión última y mejor.

–Esa musicalidad intrínseca de la poesía de la que habla, ¿le influye también a la hora de componer sus poemas?

–Sí, y es interesante que me apunte esto porque ya hasta Aristóteles el viejísimo nos lo decía: que la base de la palabra y del pensamiento poético reposan en la rítmica. Que es un componente musical, pero no es música completa. Digamos que el poeta proporciona una propuesta musical mediante la rítmica. Pero como ya decía antes, si hay suerte de que a la rítmica se incorpore también la melodía, la tonalidad y la organización que proceda en términos musicales, estupendo. Así llega la poesía a sus mejores y más altos límites.

–Esa musicalización puede servir también para atraer a nuevas generaciones de lectores, como hicieron en su día con determinados poetas Paco Ibáñez o Serrat, ¿no?

–Pues sí. Y creo que son muchísimos los jóvenes que entran en la poética por la vía de la canción, en un recorrido inverso pero válido.

–¿Qué le parecen las nuevas generaciones de poetas? ¿Hay cantera?

–Entre los poetas, digamos, de libro, conozco un número razonablemente alto de estos poetas jóvenes. Pero ahora hablábamos de ese camino inverso por la vía de la canción, y hay una manifestación generacional que me resulta muy interesante: hablo del rap y la improvisación, que es una especie de camino inverso hacia la poesía, en el que desde una melodía pasan a unos contenidos orales que ya son poemas. Como fenómeno me parece muy interesante y muy digno de ser cuidado. Aunque, como pasa también con la poesía escrita, los resultados son desiguales. Siempre ha hecho falta la aparición de diez mil poetas medianos para que surjan dos muy buenos y uno genial.

–Desde esta reflexión sobre la relación entre la poesía y la música, ¿cómo valora que se otorgue premios literarios a cantautores como Bob Dylan o Leonard Cohen?

–Yo no veo obstáculos mayores ni tengo información suficiente para decir que no deben recibirlos. Estimo que, naturalmente, les dan los premios por la calidad de su palabra poética, no por la brillantez musical que tengan. Si es así, y así lo espero en autores de cierto tamaño como estos dos, lo encuentro interesante. No hay que excluir a un poeta que además canta, ¿por qué se les va a excluir? Pero que se otorguen los premios con justicia, con una especie de sentido común crítico de valorar lo que de poesía haya en esas canciones.

–¿Está trabajando en algo nuevo?

–Soy muy viejo, ya soy nonagenario. Pero sí: me ha entrado una especie de prisa, lo cual no sé si es muy bueno, para hacer algunas de las muchas cosas que no he hecho. Estoy con ello, trabajo lo que puedo y seguiré haciéndolo mientras siga pisando la tierra y mi cabeza responda.

Villegas y Delta Galgos, en un concierto. | C. V.

“Blues Castellano”, un proyecto singular con talento ovetense


El proyecto que propiciará el retorno de Antonio Gamoneda a su Oviedo natal, “Blues Castellano”, es una iniciativa singular que se nutre del talento de otra ovetense: Cova Villegas. “Este proyecto nació en 2018, cuando Víctor Díez nos propuso a mí y a los músicos de Delta Galgos, Gonzalo Ordás y Marcos Cachaldora, musicar los poemas del libro ‘Blues Castellano” para una programación en León”, relata Villegas. El proyecto cristalizó en la musicalización de los ocho poemas de una parte del poemario, la denominada “Blues”, que después se grabó en disco. Tanto en aquella primera iniciativa cultural en León como en la presentación del disco, Villegas y Delta Galgos contaron con la presencia de Gamoneda, que se reunirá por tercera vez con los músicos en la Noche Blanca. “Antonio es de Oviedo, yo soy de Oviedo... son cosas muy emocionantes para mí”, concluye Villegas”.

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