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Los vecinos piden un plan ambicioso para el Carlos Tartiere: “Es fundamental”

Las asociaciones creen que, además de revitalizar los bajos del estadio, el Ayuntamiento debería reordenar los accesos al campo de fútbol

Los bajos del estadio del Carlos Tartiere. | Miki López

El Carlos Tartiere es una isla de piedra gris en una zona que todavía tiene abierta la herida del viejo hospital, en la que se cae la plaza de toros e, incluso, languidece el Calatrava. Los vecinos de los barrios del Distrito 5, cuya vicepresidencia ostenta Ramón del Fresno, creen que es necesario revitalizar el estadio, pero hacerlo “con sentido”. El Ayuntamiento, a sus ojos, tiene una oportunidad para reordenar el entorno del parque del Oeste con el campo de fútbol como elemento central. Para ello creen que es necesario actuar en los accesos, salvar unas escaleras que se vuelven “tediosas cada vez que empata el equipo” y hacer del Tartiere un lugar atractivo que no caiga en el monocultivo del turismo. Allí, el representante vecinal cree que hay metros de sobra para plantear un nuevo espacio atractivo y una oportunidad para “coser los barrios y llenar de actividad” una gran extensión de la ciudad que ahora está desangelada y que puede resultar “insegura” los días que no hay partido.

El concejal de Interior y responsable de las relaciones institucionales del Consistorio con el club quiere recuperar un plan que se ha intentado en otras ocasiones pero nunca se ha llevado a término: darle una nueva actividad a los bajos del estadio. La normativa urbanística vigente permite este extremo, pero con limitaciones. Antes de empezar con un proyecto, el edil quiere encontrar un nuevo espacio para los servicios que actualmente tienen su sede en la parte baja del estadio. En el largo plazo, en el marco de la revisión del Plan General, el Ayuntamiento quiere ampliar estas posibilidades.

El presidente de la asociación de vecinos de La Ería, José Ángel Suárez, por su parte, se muestra cauto. A sus ojos, lo primero que el Ayuntamiento debería hacer en el barrio es llevar a cabo la rehabilitación del coso taurino. “Es un monumento y se está viniendo abajo”, sentencia. Así, pide esperar a que termine la pandemia si se quieren explorar nuevos espacios hosteleros en la zona del Tartiere. El presidente cree que hay otras prioridades en la zona más allá de lo urbanístico: “tienen que ayudar a la gente del barrio, que hay mucha que lo está pasando mal”.

El edil de Somos y antiguo responsable del área municipal de Urbanismo cree que la intención de “recalificar un edificio municipal, incrementando incluso su edificabilidad, para que se lucren unas empresas privadas es la muestra del modus operandi del gobierno”. A su juicio, “es una muestra más de que la revisión del Plan General no está pensada buscano el beneficio de la ciudad, si no ciertos intereses particulares”.

“La propuesta de echar a las asociaciones, colectivos e incluso a los servicios públicos de espacios municipales para que luego pueda lucrarse alguien se ha convertido en una obsesión de este gobierno”, denunció el edil de la oposición. Para Del Páramo “la misma receta vale para todo, para el campo San Francisco, las fiestas de San Mateo y ahora el Carlos Tartiere”.

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