Después de casi un año de tregua, las zonas verdes de Villafría vuelven a ser pasto de los jabalíes. Cuatro ejemplares adultos y ocho crías llevan aproximadamente una semana visitando el barrio para darse festines esfocicando prados y reventando bolsas, en muchos casos, con sobras de comida. La situación incomoda a los vecinos, sobre todo a los que cuando se marcha el sol suelen salir a pasear con sus mascotas. “Da miedo salir de noche, cualquier día se enfrentarán con un perro y tendremos una desgracia”, advierten algunos de los residentes.
La presencia del jabalí fue un problema en Villafría hasta finales de 2020 cuando las actuaciones de control de población de la especie comenzaron a dar sus frutos. Guardas de la consejería y cazadores con arcos y flechas consiguieron poner freno a lo que parecía convertirse en una plaga. Ahora, casi un año después, nuevas piaras empiezan a asomar el hocico en un rincón de la ciudad que parecía haber olvidado ya a estos animales.
Las visitas repetidas cada jornada desde hace unos diez días están encendiendo las alarmas. Ya son muchos los que piden a las administraciones que tome cartas en el asunto. Entre las medidas más inmediatas, hay voces que apuntan a la necesidad de mejorar la iluminación. “No estaría de más que pusiesen algunas luces”, señala el vecino Pablo Álvarez Buylla. La mejora supondría, entre otras cosas, una manera de prevención para los paseantes. “Serviría para evitar sustos a quienes se los puedan encontrar en la oscuridad”, puntualizan.
El temor hacia los suidos no es, sin embargo, unánime. Algunos residentes del barrio utilizan las redes sociales para posicionarse a favor de la presencia de animales silvestres en sus calles. “Todo os molesta, solo están alimentándose”, comenta una ovetense a la que los jabalíes parecen estar muy lejos de incomodarle.
La principal preocupación es la facilidad que tienen estos animales para reproducirse. “Si ahora hay ocho jabatos, dentro de poco se convertirán en otros tantos jabalíes grandes”, subraya un vecino de Otero que el pasado martes se topó con toda una piara revolviendo en los contenedores situados frente a una comunidad de vecinos. “Se les veía ansiosos por comer, es como si estuvieran hambrientos”, describe, reconociendo que desconoce los detalles del modo de vida de unos animales que ya son viejos conocidos en Villafría y no se descarta que puedan empezar a dejarse ver en otras zonas de la ciudad.
Recomendaciones
Por parte de las autoridades, las recomendaciones a seguir en estos casos son claras. En primer lugar, lo que se debe hacer es avisar a la Policía Local para dar parte de la presencia de los suidos. Y los agentes recuerdan que los vecinos deben evitar alimentar a los animales. Hace un par de años, en las inmediaciones de unas viviendas de Otero, hubo un grupo de vecinos que se dedicaban a dar comida a una gran piara, la cual fue creciendo progresivamente. El aumento de la presencia de los animales se tradujo en numerosos destrozos en los parques y zonas verdes del barrio.
