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José Cerdán CEO de Telefónica Tech, invitado de la Cámara

“La digitalización ya estaba ahí, cuando necesitamos usarla llegó con contundencia”

“La ciberseguridad todavía genera miedo, hasta hace poco no queríamos meter la Visa en internet pero se la dábamos al camarero”

José Cerdán, ayer, en la Cámara de Comercio de Oviedo. | Irma Collín

José Cerdán (Zaragoza, 1966) es CEO de Telefónica Tech y un emprendedor nato con vocación de pionero informático, fuera en la venta de ordenadores (Pc City), en la voz sobre IP (Peoplecall) o las tecnologías de la nube (Acens Technologie). Ayer, la Cámara de Comercio de Oviedo, dentro de su estrategia de alianza con Telefónica en el plano de la formación y las inversiones, lo trajo para un foro de trabajo en el que Cerdán, profeta de la digitalización, habló del cambio de paradigma tecnológico y los beneficios económicos.

–Digitalización. ¿Significa ahora lo mismo que antes de la pandemia?

–Antes todo el mundo hablaba de digitalización, pero nadie sabía ni para qué ni por qué. En postpandemia se ha comoditizado la palabra y todas las compañías saben que tienen que digitalizarse, que tienen que utilizar herramientas que estaban ahí pero nadie utilizaba. En eso consiste. Yo, antes, cuando hablaba de usuario y password, nadie sabía de qué hablaba. Ahora todos lo entienden, saben acceder a los programas, es como comprar pan, facilísimo. Y ha sido casi por necesidad. Ahora necesitan estar en la nube para trabajar en remoto porque al llevarse el ordenador a casa se dieron cuenta de que el programa de contabilidad estaba en el servidor de la oficina, y no podían acceder. Es lo que pasa cuando tienes “legados on premise”, como decimos nosotros, elementos viejos que no están en la nube y ya no te valen. Es lo que pasa en la administración pública, por ejemplo. Tú antes ibas a trabajar y tenías tu ordenador ahí, a los pies, ensuciándose. Ahora no. Te has tenido que ir a trabajar fuera y no te has podido llevar ese ordenador.

–Y necesitas la nube.

–En todas las empresas ha habido una sobredemanda. Todos quieren estar en la nube con las aplicaciones, en el puesto de trabajo, también con Office como líder mundial. Fíjese, por ejemplo aquí mismo, en la Cámara de Comercio. Si yo hubiera venido aquí hace dos años y medio a vender una cámara y una televisión para hablar desde Ribadesella, se hubieran reído de mí. Ahora lo ven necesario. Ha habido un acortamiento de los viajes, ya no hay tantos desplazamientos y se hace todo mucho más in situ. Hay una flexibilidad laboral muy importante y vamos hacia un modelo híbrido de trabajo, algo que antes no existía. Ese es el nuevo paradigma, ha venido para quedarse y España es el país mejor preparado por toda la fibra que tiene desplegada, es una oportunidad que no podemos dejar pasar.

–No todo va a velocidad digital. Google maps sí pero no para pagar una multa en el Ayuntamiento, por ejemplo. ¿Por qué?

–Nadie esperaba que la digitalización fuera tan contundente, pero es que hemos pasado de estar en la calle a no estar, y la gente no ha podido ir a sus trabajos. Lo de las multas... Hay multas que se pueden pagar, pero es verdad que la administración local es la que más retrasada va. Nadie se imaginaba que una entidad local, pueden ser desde de 300 habitantes a 10.000, habitantes, por ejemplo, iba a tener que tenerlo todo digitalizado. Estas administraciones pensaban más en otras cosas, como las smart cities, por ejemplo, que en la digitalización. Ahora se han solapado y una cosa ha dejado de lado a la otra.

–Más allá de la administración. ¿No hay distintos tiempos de digitalización?

–Sí, cuando mi madre va al banco, sale una persona al cajero automático para ayudarle a utilizarlo, porque tiene miedo. La ciberseguridad genera miedo, al estar todos los datos por ahí. Sigue habiendo una brecha digital con eso, y de ahí que Telefónica Tech se haya especializado en la parte cloud, ciberseguridad, big data... Lo que más preocupa es la ciberdelincuencia, y acordémonos que no hace tanto la gente no quería meter la visa en internet pero se la dejabas al camarero en el restaurante y se iba con ella. Sí que es cierto que está generando un poco de esquizofrenia porque no todo se puede hacer con la misma inmediatez. Además, hay un problema en la parte de consumo. Hay cosas que se han digitalizado muchísimo, como comprar una hamburguesa, o el comercio cercano, que va muy rápido, pero en la empresa no es tan rápido hacer las cosas, porque los volúmenes son distintos. Eso es lo que la gente no entiende. ¿Por qué uno que tiene un comercio puede hacer cosas que mi Ayuntamiento no hace?

–La paradoja de poder hacer un bizum, pero tener que gastar un mínimo de10 euros para pagar con tarjeta.

–Bizum es uno de los fenómenos de España más bestial que ha habido. A mí me lo dijeron mis hijos por primera vez, “hazme un Bizum...”. Ahora todo el mundo lo tiene y es cierto que es lo más rápido y fácil para las transferencias. En China tienen Alipay, que es lo mismo pero pagar en muchas tiendas, escaneas directamente el código de barras de la fruta, es muy sofisticado y, tiene mensajes también, no sales de ahí, está todo metido en el mismo sistema.

–Da una idea de la velocidad d penetración de estas tecnologías.

–De aprendizaje, porque no te dan opcionalidad. O lo haces o lo haces. Si no tienes bizum no puedes pagar. De la noche a la mañana la gente ha tenido que utilizar cosas que en la vida había usado. El Zoom, la videoconferencia. Acordémonos de la camarita en la tienda de informática. Llevaba existiendo toda la vida y vendías dos con suerte, que yo me he dedicado a eso. ¿Ahora, quién no utiliza la cámara?

–¿Y las empresas?

–Han descubierto que la digitalización es el paso que tenían que haber dado antes, no en pandemia, para que todo hubiera ido más fluido. Su negocio hubiera funcionado mejor, les hubiera conocido más gente y sería más fácil para todo el mundo. El lado bueno es que ahora se han dado cuenta en qué consiste la digitalización. Explicarlo es muy fácil, pero aplicarlo es muy difícil, porque es el dueño de la empresa el que se tiene que darse cuenta de lo que supone utilizar unas herramientas que nunca ha utilizado. Al dueño le es más cómodo hacer un albarán a mano, pero luego, cuando va a buscarlo, se da cuenta de que lo ha tirado, y en el móvil siempre lo tiene. Ese es otro cambio, la gente usa mucho más el móvil que el ordenador de sobremesa. Más “mobile-only” que “desktop”.

–Acaban siendo nuestro sistema nervioso central externo.

–Es así. La dependencia es brutal. Ya nadie se sabe un número de teléfono, ni ir a una calle, ni hacer nada. Y todo te lo manda el móvil. Incluso ir a una calle. Es curioso, porque herramientas como Google maps o Waze y las empresas de reparto están cambiando incluso hasta el mercado inmobiliario. Hay zonas premium en algunas ciudades que empiezan a tener más tráfico porque callejeando por allí se llega antes y los navegadores te indican esa ruta. En Estados Unidos los de “real state” están replanteándose cómo trabajar con eso, hay una polémica grande. Por otra parte, digitalizarse también es que mi madre es capaz de hacer un zoom, estar en whatsapp, porque si no se ve desconectada. Para la gente mayor ha servido mucho, ha acercado a las familias, de una manera distinta pero las ha acercado.

–Usted empezó con el hardware con 20 años, ahora está con la nube. ¿Dentro de 20 años?

–Mentiría si supiera dónde estaremos.

–Quizá con la inteligencia artificial, en la que ya trabajan.

–La parte de AI es muy importante, y hay que ser conscientes de lo que es, de lo que supone ética y socialmente y de comó nos va a cambiar la vida. Ahora estamos trabajando en la toma de decisiones, si las toma una máquina o una persona, y dónde está el límite. Hay que pensar que en tanto que la capacidad computacional y el almacenaje se vaya abaratando, todo esto seguirá en aumento, y con determinadas capacidades de computación yo creo que no podemos renunciar al derecho de tener la capacidad de decisión sobre la máquina.

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